Matteo Mergola tiene 13 años, vive en Scorrano, en el sur de Italia, y quiere que su padrino de confirmación sea Vito Maraschio, de 43 años, casado con una mujer divorciada. Y la Iglesia no lo deja.
Según el diario La Repubblica , Matteo insiste con que Vito sea su padrino y como la Iglesia no lo deja, se negó a recibir el santo sacramento. Maraschio, el padrino elegido, quien es amigo de la familia del niño, pidió ayuda al papa Francisco .
En una carta, Maraschio sintetizó el caso: “Yo, casado con una divorciada, no puedo ser padrino de confirmación; un asesino, sí”.
En la misiva dirigida a Francisco, Maraschio detalló que vive con una mujer divorciada, que la Justicia “reconoció” los daños que ella sufrió por los golpes de su ex marido y que las dos hijas de ella se “convirtieron” en sus hijas. Además, se reconoció como católico y mencionó los “valores” y “principios” de la vida que llevan “como católicos”.
“Es inútil ocultar la vergüenza y tristeza que siento frente al pedido de Matteo de que yo y nadie más que yo sea su padrino“, sostuvo. También dijo que la firmeza del niño lo llevó a pedir una reunión con el obispo, que fue rechazada por “la obviedad” de su pregunta.
“Me gustaría que una cámara registrara la vida cotidiana de mi familia para poder analizar cada momento; y que mis hijas y amigos pudieran decir lo que mi esposa y yo hacemos”, añadió.
Maraschio dijo que quiere con todas sus fuerzas y con todo su corazón ser el padrino de Matteo. “No sé cómo explicarle tantas inconsistencias y que yo soy culpable de no se sabe muy bien qué”, deslizó.
Audiencia pública.
El papa Francisco afirmó esta mañana, durante la audiencia general de hoy 4 de junio, que la piedad “no es pietismo, hacer la cara de estampita, hacer la ficción de ser un santo” y tampoco tener “lástima” por alguien.
Jorge Bergoglio dedicó su catequesis en plaza San Pedro, ante miles de fieles reunidos en una jornada cálida y soleada, al don de la piedad como “don del Espíritu Santo, que se refiere a nuestra relación con Dios, al auténtico espíritu religioso de confianza filial, que nos permite rezar, como un hijo que habla con su padre”, según reprodujeron agencias internacionales.