El Panteón Metropolitano de Guayaquil ofrece distintos servicios para la sepultura de los fallecidos. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Está ubicado en un terreno de 15 hectáreas en el cruce entre la vía Perimetral (km 8,5) y la vía a la Costa, norte de Guayaquil.
El Panteón Metropolitano de Guayaquil no solo es de los más nuevos camposantos del país sino el más moderno. Allí, la Junta de Beneficencia ha logrado reunir nuevas tendencias en esta materia y también tecnología. Las criptas cuentan con sistema de posicionamiento satelital que permite su ubicación exacta.
Desde su apertura a mediados del 2012 está operativo la mitad del camposanto. Sus diez primeras fases están distribuidas en poco menos de 8 hectáreas. Existen 38 370 espacios disponibles en sus diferentes servicios funerarios.
Su construcción fue planificada por la Junta de Beneficencia en vista de que el Cementerio General Patrimonial de Guayaquil no tenía más espacios para seguirse expandiendo.
Uno de los últimos proyectos que hay allí para crecer, verticalmente, está hacia las puertas 12 y 14 con 6 000 bóvedas.
Alex Landívar, jefe de operaciones del Panteón Metropolitano, dice que el lugar recoge tendencias como el concepto de enterrar a los difuntos en el piso. “Es algo que está cobrando mucho cuerpo en el Ecuador aunque también la gente sigue prefiriendo las bóvedas aéreas por tradición”.
La instalación de las sepulturas en tierra se realiza sembrando criptas herméticas de hormigón armado que se funden en moldes herméticos importados prefabricados. Con este sistema se evita la contaminación del terreno y del ambiente, al impedir las filtraciones de los lixiviados y la fuga de los gases que eliminan los cadáveres en el proceso de descomposición.
Los sectores 1, 2 y 8 cuentan con 15 000 espacios para sepulturas bajo tierra (tienen césped encima) y que incluyen los túmulos, que son sepulcros que sobresalen de la tierra y en donde pueden estar hasta tres féretros.
Una de las novedades del panteón está subiendo unas gradas. A una altura de unos 50 metros respecto a la carretera está el Bosque Cenizario o conocido como Bosque Memorial.
Es parte del sector 10 del camposanto en donde actualmente hay disponibles 336 espacios, con igual cantidad de árboles (grandes y mirtos pequeños) donde se pueden depositar las cenizas de la persona fallecida sea en una urna enterrada bajo el árbol, o esparcidas en el terreno de 4 m2. Allí hay la posibilidad de poner restos de hasta 16 personas. El sitio ofrece una gran brisa bajo el árbol y tranquilidad en medio de la naturaleza.
También llama la atención que dentro del sector 5, dentro de la capilla del edificio exequial existen bóvedas, nichos de restos y cenizarios. “Tenemos áreas de entierro dentro del sector de la capilla. Es un modelo norteamericano. Solo aquí tenemos 1 256 bóvedas, 1 008 cenizarios y 935 nichos de restos. Este cementerio tiene tres salas de velaciones en el nivel alto y bóvedas abajo”, explica Landívar.
Otros servicios del Panteón Metropolitano son el área para construcción de mausoleos; los lotes dobles o triples; las bóvedas para párvulos o niños pequeños; capillas sencillas (20 bóvedas y 16 nichos) o dobles (40 bóvedas y 16 nichos) de las que existen 54 capillas. “El éxito de todo cementerio es diversificar sus productos, no tener un producto fijo”.
El camposanto cuenta con espacio para 350 parqueos, atiende de lunes a domingo de 08:00 a 18:00; las velaciones son ininterrumpidas las 24 horas. Allí se realizan labores de velación e inhumación de cadáveres y restos humanos, tanto en bóvedas, sepulturas en criptas herméticas bajo tierra, nichos y párvulos. A futuro ofrecerá servicio crematorio.