Pandemia agudizó problemas en el Centro Histórico de Quito

En la calle Venezuela, que está peatonizada, los policías motorizados hacen patrullaje. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

En la calle Venezuela, que está peatonizada, los policías motorizados hacen patrullaje. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

Afuera de la iglesia de La Compañía, los vendedores informales ofrecen sus productos. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

La gente se congrega afuera de la iglesia de La Compañía, en el Centro Histórico. No se trata de una misa o una festividad organizada en una de las iglesias más visitadas de Quito. Lo que ocurre es una escena habitual: “lleve dos por uno”, “todo un dólar” y “precios rebajados por la pandemia”. Las frases son pronunciadas, a gritos, por los vendedores de frutas, chalinas, pijamas, escobas, manteles y gelatinas, quienes pululan en ese lugar.

Lo mismo pasa en el tramo peatonalizado de la calle Venezuela, en pleno corazón de la ciudad antigua. Los ambulantes se mueven entre los peatones y gritan. Caminan por los espacios permitidos: los que quedan afuera de los perímetros de seguridad formados por vallas metálicas y concertinas. Otros usan las vallas para colocar allí su mercadería: gafas, bisutería, relojes, etc.

Para Pablo Buitrón, coordinador del Frente de Defensa del Centro Histórico, las ventas ambulantes son uno de los problemas que aquejan a esta zona de la ciudad.

“Hay mafias de drogas que se esconden detrás de los comerciantes informales”, dice Buitrón. El problema de la seguridad es la segunda preocupación de los moradores.

Paulina, de 59 años, es dueña de un local de productos de belleza. Cuenta que en la calle Rocafuerte, en la entrada a La Ronda, se vende droga todas las noches. “He visto a unos muchachos peleándose, se sacaron dos cuchillos y se querían matar por sus drogas”.

Según la Policía Antinarcóticos, este es el sector con más casos de microtráfico de la ciudad: 121. Y se han decomisado 23,3 kilogramos.

Al Servicio de Emergencia ECU 911 llegan a diario los pedidos de ayuda por problemas que se registran en el Centro Histórico. Por la presencia de libadores en el área pública se han presentado 2 909 llamadas. La entidad registra

2 268 eventos por aglomeraciones, 1 737 escándalos y 325 atenciones por consumo y venta de drogas.

En la calle Venezuela, que está peatonizada, los policías motorizados hacen patrullaje. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

La concejala Luz Elena Coloma reconoce que el Centro se encuentra seriamente afectado debido a la pandemia. Esta es una de las parroquias con más contagios. Hasta el viernes sumaban 60 760 casos positivos de covid-19.

Coloma también dice que esta zona ha sido mermada en su economía, pues su principal fuente de ingreso era el turismo y, según el Ministerio titular, el ingreso de extranjeros a la capital ha caído en un 70%.

“Hay algunos sectores que se han tugurizado, sectores ligados a la pobreza que se asocian a la mendicidad”, señala Coloma. Entre estos sectores están la 24 de Mayo, La Loma, La Marín, San Roque y Toctiuco.

Para Buitrón, los problemas económicos están relacionados con la peatonalización permanente de las calles Venezuela y García Moreno. “Simplemente podemos decir que no ha servido para reactivar la economía, al contrario, la gente va menos al Centro y la peatonalización afecta”.

Coloma, en cambio, defiende la medida y la califica de exitosa, al menos en el ámbito ambiental. “La peatonalización ha mejorado la calidad del aire, eso se puede comprobar. Además, es una dinámica que en los centros históricos se va imponiendo. Hay que reforzar esa cultura de caminar”, dijo.

Ser peatón en el Centro no es fácil para Iván, un morador de la calle Rocafuerte. Cuenta que él carga la planilla de luz en su billetera para mostrar a los policías que vigilan detrás de las vallas metálicas de seguridad.

Pasadas las 18:00, los locales se cierran y la gente se va. Iván dice que ahí se enfrenta con la delincuencia, la venta de drogas, los libradores y los habitantes de calle. “Ya conozco a algunos personajes del sector, gente loquita o arranchadores, el peligro es que muchas personas aquí llevan cuchillos”.

Desde Quito Turismo, la última iniciativa para recuperar el Centro es promoverlo entre agencias de turismo y a través de campañas nacionales e internacionales como un punto de destino para enamorados.

El programa se llama Quito Romance y la idea es que las iglesias, los conventos, plazas y lugares patrimoniales de esa zona de la ciudad sirvan como escenarios para pedidas de mano, bodas, renovación de votos y cualquier actividad romántica. De esta forma se apuesta para recuperar el turismo y reactivar el Centro.

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