Si bien las palas tienen como utilidad la jardinería, la construcción también es uno de sus fuertes. En el mercado local se ofertan varios tipos de esta herramienta.
La pala es precisa en zonas de terrenos ligeros. Sirve para excavar y hacer hoyos pequeños; y para las mismas labores que la azada en terrenos duros.
Diego Rodríguez, del Kywi de El Bosque, explica que hay una variedad de palas. “Las hay con acabados puntones, cuadrados y de tamaño pequeño especiales para terminar los bordes del césped”.
El accesorio está fabricado en metal con mangos de madera o de fibra de vidrio. Todos los tipos son ergonómicos. Existe también un modelo ideal para hacer ‘camping’ que es más pequeña pero tiene igual aguante. Es plegable y de color negro.
La pala o cuchara de mano y transplantadora sirve para cavar con precisión en espacios pequeños. Esta herramienta tiene una hoja estrecha adecuada para plantar en las macetas, dice el jardinero Abel Chancusig. La transplantadora tiene una hoja aún más estrecha, adecuada para trabajar con plántulas.
Esta pala, que posee una punta redonda, es la herramienta número uno para cavar, levantar y arrojar tierra. La punta redondeada se clava y penetra en el suelo. La parte superior de la hoja de la pala tiene un reborde que permite hacer presión con el pie al excavar hoyos.
En el mercado se pueden encontrar palas de varios precios. La pala puntona que tiene mango de fibra de vidrio cuesta USD 12,98. “La calidad la hace más resistente al trabajo duro y pesado”, añade Rodríguez.
Existen otros modelos que son más pequeños y que por su tamaño son ideales para los niños. Se las conoce también como cajueleras y tanto la de punta redonda como la cuadrada tienen el mismo precio: USD 8,44.
La pala cuadrada tiene un mango de metal y sirve para mezclar productos cementicios, pétreos y tierra. La de cabo corto y mango de madera cuestan USD 10,61.
Este accesorio puede durar toda la vida.