A. País vive una disciplina marcial

Redacción Política  

Lo que ocurre en las vicepresidencias de la Asamblea difícilmente sale de esas oficinas. Esa es la consigna de la bancada de Alianza País, que escoge esos despachos para articular su trabajo semanal.

Las reuniones son los lunes y generalmente se inician desde las 17:00. A esa hora, los empleados y visitantes de la Asamblea empiezan a salir del edificio.

130 miembros
tiene la Asamblea. Los integrantes de Alianza País son el grupo más numeroso.Los 58 miembros de País entran a las oficinas con el celular apagado, no se permite la presencia de extraños y dentro se oyen criterios discordantes, pero al salir todos mantienen un criterio uniforme.

Fuera de micrófonos se habla de la existencia de tres grupos dentro el bloque. Esa división estaba vetada en la Asamblea de Montecristi, donde había una unión monolítica. Pero en el Legislativo hay cambios, principalmente por la presencia de nuevos actores que llegaron con apoyo de movimientos locales.   

Para resolver las posibles discrepancias dentro de la bancada, seis asambleístas aparecen como sus coordinadores, ellos son: César Rodríguez, María Augusta Calle, Virgilio Hernández (de Pichincha); Gina Godoy (Guayas); Vethowen Chica (Morona Santiago), y Pamela Falconí (Los Ríos). 

Los seis fueron elegidos por una votación interna, los primeros días de agosto y su trabajo consiste en difundir las tareas del bloque en la entidad y servir como puente con el Ejecutivo y con otros sectores del Estado ecuatoriano.   

De ellos, Chica es novel en el campo legislativo y ganó en las votaciones del grupo. Dice  que la reunión interna no tiene nada de raro y es democrática.

“Básicamente se escuchan las propuestas, porque los asambleístas tenemos una visión personal, pero con base en esos criterios individuales se creará uno  colectivo... No hay grupos en la bancada”. 

Esos  debates pueden ser largos y duros. En varias ocasiones, las sesiones se han extendido hasta la madrugada. Esas horas, los asambleístas de País las pasan con abundante agua, café y, alguna vez, han pedido comida.

Los temas de discusión son escogidos según la coyuntura en el Legislativo. Es decir, tratamiento de leyes, procesos de fiscalización y casos puntuales de actuación de los integrantes del bloque.

Un ejemplo: el pasado lunes estaba previsto que se ponga sobre el tapete las declaraciones que hizo  la asambleísta del Partido Socialista y aliada de País, Silvia Salgado; pero al final no se lo hizo. 

Ella es la presidenta de la Comisión de Fiscalización y en la sesión del Pleno que trató sobre las reformas a la Ley Orgánica de la Asamblea (miércoles 20 de octubre pasado) aseguró que hay que mejorar la fiscalización.

Eso causó disgusto. “Nos preocupó porque ella trató en el Pleno temas que no discutimos dentro de la bancada”, dijo un legislador.

Salgado no conocía de esa discusión de País. Ella acudió a las primeras reuniones del bloque, pero luego dejó de asistir, porque no las percibe como
“beneficiosas”. La asambleísta está consciente de que en ese debate del Pleno, cuando pidió mejorar la fiscalización, tuvo el rechazo de los integrantes de País. Incluso, su discurso fue interrumpido.

Salgado llegó a la Asamblea apoyada por  País, pero dice que es independiente, aunque los une un mismo proyecto político y por eso coordinan acciones específicas. Sin embargo, aclara que no debe acatar una disciplina, como los miembros de Alianza País.

Dentro de ese  sistema, se establecieron sanciones en el bloque. Una es que el asambleísta que falte a la sesión de los lunes no podrá hablar en el Pleno.  

La oposición se enfrenta contra un muro infranqueable en la disciplina de País. Fausto Cobo, de Sociedad Patriótica, y Vicente Taiano, del Prian, dicen que sus ideas planteadas en el Pleno, por buenas que sean, no causan mella en el bloque del País. Entonces, tienen a las comisiones como escenario para plantear sus ideas. “No es disciplina, sino es una dictadura, una obediencia ciega al  Gobierno”, coinciden los dos. 

Sociedad Patriótica y el Prian, que son las bancadas más numerosas luego de la de País, también articulan su trabajo como País. 

El primero lo hace un día antes de la sesión plenaria y las iniciativas de los legisladores son discutidas y, si no hay observaciones, son respaldas en grupo. Mientras que el Prian se reúne cada semana y desde enero lo harán en diferentes ciudades del país, para fortalecer a su movimiento político.

 Para el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, el error en que ha caído País es creer que esa mayoría como en Montecristi. Eso ha perjudicado en el debate en las comisiones y en la redacción de las leyes. Para él, es la hora de consensuar y debatir.

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