Los abuelitos fueron los consentidos del Parque Histórico Guayaquil

El Día del Padre se festejó en el Parque Histórico de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes /El Comercio

El Día del Padre se festejó en el Parque Histórico de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes /El Comercio

El Día del Padre se festejó en el Parque Histórico de Guayaquil. Fotos: Enrique Pesantes /El Comercio

Don Francisco Alvarado aprovechó la fresca brisa que corría en el portal de la Casa Hacienda San Juan para detenerse por un instante. Aquí, bajo la sombra de la antigua casona de madera, que le recordó al sitio donde vivió, tarareó con soltura el pasillo Nuestro juramento. “Tengo 90 años y todavía estoy parado. Nada de trago ni vainas, bien papeado”, dijo sonriente, mientras sostenía su sombrero de paja.

La música de Julio Jaramillo recibió a los visitantes del Parque Histórico Guayaquil (en el cantón Samborondón), donde la Empresa Pública de Parques y Espacios Urbanos organizó un programa especial para celebrar el Día del Padre.

Los abuelitos fueron consentidos en este domingo 21 de junio. Los bastones y sillas de ruedas no fueron un impedimento para disfrutar de los senderos naturales y del recorrido por las casas del Guayaquil antiguo, construidas a inicios del siglo XX, desarmadas y rescatadas en los años 80.

Don Francisco recorrió el lugar con su hijo José. “Por el trabajo se complica salir continuamente. Pero aprovechamos este día para salir solo los dos”, contó el hijo.

Angélica Lucio no se despegó de su padre Eduardo. A lo largo del camino empedrado, que conduce al Malecón 1900, lo acompañó en todo momento, sosteniéndolo de la mano mientras avanzaban.

Junto a la casa Julián Coronel, que data de 1901, los Lucio se reunieron para observar los juegos tradicionales, esos que entretuvieron en su infancia a don Eduardo. El trompo, los ensacados, la cuerda, el hula-hula, la rayuela… chicos y grandes se divirtieron durante la mañana y participaron en concursos.

Byron Pinza, su esposa Jenny Chavarría y su pequeño hijo llegaron desde Quito para disfrutar de la brisa del río Daule desde uno de los ventanales de la casona Julián Coronel. “Lo mejor es pasar este día en familia, compartir con ellos”, dijo el padre.

Los hijos de don Carlos Peña también organizaron un paseo inolvidable. Ellos llegaron desde Cuenca para conocer un poco de la historia, naturaleza y costumbres guayaquileñas. “Me están festejando. Todo está muy lindo”, dijo don Carlos.

José Layana elevó un poco la voz para que don Ramón Rodríguez le escuchara claramente. Hijos y nietos salieron juntos para festejar al abuelito de 92 años. “Hemos conocido más de nuestro Guayaquil antiguo -contó el nieto-. Son cosas que no hemos vivido, pero él sí”.

Después del recorrido, familias enteras coparon los graderíos de madera junto a la casa Hacienda. Este fue el escenario de la obra teatral costumbrista ‘Éramos muchos y parió la abuela’. El elenco Los Compadres sacó carcajadas con su libreto enmarcado en la época de la Pepa de Oro.

Con trajes de montubios, rodeados por un ambiente de campo que ambienta la vida rural del agro costeño de fines del siglo XIX, los actores entretuvieron a abuelos, padres, hijos y nietos con esta peculiar historia de una familia de hacendados. Entre malos entendidos, todos aportaron para descubrir el milagro que hizo que la abuela esté en ‘espera’.

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