Una enfermera revisa el tratamiento que reciben pacientes en el centro de hemodiálisis, en el Puerto Principal. Foto: Santiago Arcos/ REUTERS.
Hace dos semanas el hermano de Leonor fue a su última sesión de hemodiálisis. Luis tiene 63 años y hace 13 está en tratamiento por insuficiencia renal crónica. “Pero le dio covid-19 y en el centro le suspendieron las diálisis. Dijeron que no resistiría”.
Nunca les dijeron a dónde acudir. Desde su casa, mediante llamadas, Leonor buscó ayuda desesperadamente. Se contactó con el 911 y el 171, pero los médicos no llegaron. “También fue a tres hospitales públicos de Guayaquil y en ninguno lo atendieron”.
La falta de atención en hospitales y clínicas, en medio de la pandemia por covid-19, es una queja que se multiplica en las redes sociales. Hay denuncias por cirugías represadas, tratamientos paralizados, entrega de medicación suspendida y emergencias que quedan en espera a causa del coronavirus.
Ecuador tiene 4 165 establecimientos de salud, como registra el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. El 79% es público. En Guayas hay 675. Para atender la emergencia en la provincia, ocho grandes hospitales del Ministerio de Salud y del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) fueron destinados a la atención de covid-19. Son conocidos como ‘centinela’, pero su demanda se desbordó también a otras casas de salud.
El martes pasado, el viceministro de Gobernanza y Vigilancia de la Salud, Xavier Solórzano, dijo que las unidades del Ministerio y del IESS tienen camas para casos de covid-19 y otras áreas para atención general y por enfermedades catastróficas. Pero no especificó cuántas. “Lo que se ha hecho, en principio, es restringir la atención en consulta externa. Sin embargo, se realiza el seguimiento de los pacientes crónicos y se está entregando a domicilio la medicación”.
El hermano de Leonor no tuvo atención ni medicinas. La familia logró hacerle una prueba y una radiografía y se confirmó covid-19. Su única opción fueron los remedios caseros: paños de agua fría, infusiones, cucharaditas de suero oral. “Fueron días de tensión. Cuando me dijo que no podía respirar me desplomé”, recuerda la mujer. Su voz se entrecorta.
Una enfermera revisa el tratamiento que reciben pacientes en el centro de hemodiálisis, en el Puerto Principal. Foto: Santiago Arcos/ REUTERS.
Cerca de 350 pacientes renales han fallecido en el país, como reportan los centros privados de diálisis. Su representante, Cristina Freire, dice que algunos adquirieron covid-19 y otros truncaron sus tratamientos por problemas de movilización durante el aislamiento.
En Ecuador hay 15 000 pacientes que reciben hemodiálisis. Los 85 centros habilitados para su tratamiento han reportado una baja afluencia por la crisis sanitaria. “Hasta la semana anterior hubo un 40% de ausentismo”, asegura Freire.
El Ministerio de Salud define nueve enfermedades catastróficas, entre ellas la insuficiencia renal y el cáncer; y 106 enfermedades raras o huérfanas. Solo por cáncer, cada año se detectan unos 30 000 casos.
Desde hace tres años Andrea Jiménez lucha contra un linfoma de Hodgkin. El año pasado logró un trasplante de médula ósea y ahora sigue un tratamiento de refuerzo. Hace un mes recibió el noveno de 16 ciclos de quimioterapia que requiere. “Los hospitales no estuvieron preparados ni aplicaron protocolos para atendernos durante esta emergencia. Y nos toca elegir a los pacientes entre morir por el virus o por la enfermedad que ya padecíamos”, cuenta la paciente.
Solca Guayaquil, donde Andrea asiste por derivación del IESS, registraba 500 pacientes al día; por la pandemia el flujo bajó 80%. Su director médico, Guido Panchana, explica que suspendieron las terapias ambulatorias por prevención.
“Iniciar tratamientos oncológicos en esta crisis, en el pico máximo de la epidemia, era someter a los pacientes, involuntariamente, a ser contagiados por algún familiar. Hubiera sido una tragedia”, dice.
Cada semana el hospital hacía 250 quimioterapias ambulatorias; Panchana calcula que el 50% hubiera tenido complicaciones si se mantenía el servicio. Esta semana tienen previsto retomar los tratamientos, así como cirugías de bajo impacto. Solca detectó en el área de emergencias 300 casos de covid-19. De ellos 100 fueron hospitalizados y 25 atendidos en cuidados intensivos; algunos empezaron a recibir el alta.
El sábado 25 de abril del 2020, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, dijo que la atención de pacientes oncológicos no se puede detener.
El hermano de Leonor también sobrevivió al virus y aunque ya volvió a las diálisis, le redujeron el tratamiento de tres a dos sesiones. A más de coordinar sus cuidados por teléfono, ella consiguió que un vecino lo llevara a cada sesión en bicicleta ante el elevado costo de la transportación. “Todo lo he hecho a distancia. Tengo cáncer y no puedo exponerme”.
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