Otto Sonnenholzner fue vicepresidente de Ecuador desde el 11 de diciembre del 2018. Este martes 7 de julio del 2020 presentó su renuncia al cargo. Foto: Captura de pantalla
“Si quieren llamar campaña a resolver los problemas de la gente háganlo, es un honor trabajar duro y servir con humildad”, dijo Otto Sonnenholzner en un mensaje emitido en cadena nacional a las 08:30 de este martes 7 de julio del 2020, en el cual anunció su salida de la Vicepresidencia de la República.
“Renuncié desde el primer día a todos los beneficios que me corresponderían por haber ejercido esta función: sueldos vitalicios, seguridad o movilización”, dijo Sonnenholzner y apuntó: “Prefiero salir como entré y eso haré: saldré de aquí con la frente en alto y de la mano de mi esposa”, Claudia Salem.
Para oficializar su dimisión está previsto que este martes 7 de julio envíe su renuncia a la Asamblea Nacional, que lo designó para ese cargo el 11 de diciembre del 2018.
Sonnenholzner anunció su dimisión en cadena nacional. Detrás de él, la bandera de Ecuador, un retrato del prócer guayaquileño José Joaquín de Olmedo y una foto de su esposa e hijos.
Este fue el discurso de despedida de Otto Sonnenholzner:
“Queridos ecuatorianos,
hoy me presento ante cada uno de ustedes para transmitirles mi agradecimiento, mi compromiso y la difícil decisión que he venido meditando. Hace un año y medio, sin buscarlo, se me presentó la oportunidad de servir al Ecuador desde la Vicepresidencia de la República y la acepté.
Siempre agradeceré al Presidente por su confianza y a la Asamblea Nacional, por la vía constitucional me dieron la oportunidad de servir a mi país desde esta institución. Acepté porque era necesario apoyar al país en un momento crítico, en su camino hacia la recuperación de las libertades, la independencia de poderes y la democracia. Acepté porque cuando te llaman para servir a tu nación en momentos difíciles y sabes que lo puedes hacer con decencia y compromiso, no te debes negar. Cuando llegué sabía que la institución estaba desprestigiada por escándalos de corrupción.
Desde el primer día me propuse trabajar con todas mis fuerzas y ponerle el corazón a mis actos, para que la ciudadanía sepa que, si bien no tuvo la oportunidad de votar por mí, aquí estaba alguien que se iba a ganar su respeto a punta de trabajo y esfuerzo. Ser autoridad es tener la oportunidad de servir y para hacerlo de forma concreta con acciones reales, me propuse pasar el menor tiempo posible en esta oficina y recorrer el país desde el primer día teniendo contacto permanente con la realidad y la gente.
Y eso hemos hecho, resolver problemas, sin importar su tamaño, desde lograr que se concluya la construcción de hospitales, carreteras, escuelas y cualquier tipo de obra abandonada por años, hasta ayudar en la iluminación de un barrio, desde conseguir el financiamiento para grandes obras de agua potable e infraestructura básica de decenas de ciudades del país e impulsar proyectos de energías renovables, hasta ayudar a alguna madre a la que le retiraron el Bono de Desarrollo Humano. Algunos han querido menospreciar ese esfuerzo tildándolo de campaña política.
Está claro que ellos solo recorren nuestro país y dicen escuchar a la gente cuando quieren los votos y por eso juzgan así. Si quieren llamar campaña a resolver los problemas de la gente háganlo, es un honor trabajar duro y servir con humildad. Yo siempre he trabajado por convicción y basado en mis principios, no por cálculos o encuestas para las que no tengo tiempo ni dinero. El único cálculo que hago es sumar acciones para multiplicar resultados. 2 Siempre supe que iba a ser un trabajo difícil, como economista tenía clara la situación en la que se había dejado al país. Se parecía a un hogar en donde se gastaron todo el ahorro, el patrimonio y estaba sobre endeudado, un hogar en el que el jefe de la familia despilfarra de forma irresponsable y compra una casa lujosa y un carro del año por encima de sus posibilidades de pago.
Mientras se gastaba ese dinero había una sensación de fiesta y bonanza, que era falsa, insostenible y al amanecer de esa fiesta se termina perdiendo hasta la casa. Así funciona el populismo: pan para hoy, hambre para mañana. El despilfarro, la corrupción y el irrespeto a los recursos públicos socavan la sostenibilidad del Estado y obligan a retrocesos en los avances percibidos, pero que nunca fueron realmente conseguidos. Vine a ayudar a corregir ese rumbo, predicando con el ejemplo, cuidando cada centavo en lo que me correspondía y pidiendo a los demás que imiten ese camino. Solo así se sale adelante, con austeridad y trabajo. Por eso con mi llegada a la Vicepresidencia, aplicamos desde el primer día medidas pragmáticas de eficiencia y austeridad. En muy poco tiempo redujimos la flota automotriz a la quinta parte, el exceso de personal en un 40%, devolvimos bienes inmuebles por los que se pagaban costosos alquileres y nos dedicamos a cuidar cada centavo. Así, ahorramos más del 35% del total del presupuesto por año. Tuve la oportunidad de representar a nuestro país en varias ocasiones en el exterior y lo hice intentando sentar un precedente: viajando sin comitivas y en aerolíneas comerciales. Con esa gran responsabilidad logramos mejorar las relaciones bilaterales, conseguimos apoyo internacional e inversiones, dejando siempre en alto al Ecuador.
Lideramos el Acuerdo Nacional, cumpliendo muchos de los objetivos planteados. Logramos acuerdos por la educación, la sostenibilidad, la democracia, el emprendimiento, la innovación, el medio ambiente, la economía circular, el desarrollo agrícola, la lucha contra la pobreza rural y contra la corrupción, que ya se ven reflejados en reformas legales vigentes y acuerdos entre la sociedad civil e instituciones públicas y privadas. Queda pendiente entre los más importantes, un acuerdo por la seguridad social que, por su complejidad, obliga mayor participación de los verdaderos dueños del IESS, nosotros los afiliados. Nos ha tocado vivir situaciones muy complejas, casi inimaginables para las que ni el mundo ni nuestro país estaban preparados.
El COVID llegó a cambiar nuestras vidas. Enfrentamos con entereza este enorme desafío, tomamos decisiones difíciles pero acertadas y oportunas, pensando en salvar la mayor cantidad de vidas posibles. Conscientes de que en nuestro país, emergencia ha sido sinónimo de corrupción, logramos que por primera vez en nuestra historia las compras 3 públicas en emergencia sean abiertas, esto nos ha permitido conocer y denunciar la corrupción en el sistema de salud. Creamos el mando unificado de Salud a nivel nacional para lograr una mejor coordinación de la emergencia, duplicamos la capacidad de atención hospitalaria, incrementamos en 15 veces la capacidad de procesamiento de pruebas PCR, se han hecho cientos de miles de pruebas rápidas, procuramos que no falten camas, insumos ni equipos de protección para todos quienes estaban en la primera línea. Hoy arranca una nueva fase de aumento de capacidad en cuidados intensivos que nos permitirá incrementar 250 camas a nivel nacional en los próximos 20 días. Contamos con abastecimiento de insumos para los próximos meses. Llegamos con más de 3 millones de raciones alimenticias y más de 1 millón de bonos de contingencia a los hogares más necesitados, para quienes el aislamiento conlleva el riesgo de morir de hambre.
No ha sido tarea fácil, pero hemos ido superando hasta las situaciones más críticas. Sigue dependiendo de todos nosotros, de nuestra disciplina, que la pandemia haga el menor daño posible. El objetivo sigue siendo desacelerar la velocidad de los contagios para que no colapse la capacidad hospitalaria y proteger a los más vulnerables. Crisis de tal magnitud como las que nos han tocado vivir, nos demuestran cada día más, que los viejos paradigmas no sirven para entender lo que está sucediendo en nuestro mundo y todos los que no lo vean serán arrastrados por esta nueva realidad que ha venido a transformarnos.
No me siento ni nunca me he sentido un político, pero sé que nuestro mundo ha cambiado. En esta nueva realidad requerimos formas muy distintas de hacer política a como muchos la entienden hoy. Ecuador necesita nuevas soluciones para afrontar los problemas. Por eso hoy, que enfrentamos una situación más estable puedo finalmente tomar esta decisión. Al Presidente de la República siempre le agradeceré su esfuerzo por dar los primeros y difíciles pasos para sacarnos de ese modelo fracasado que solo busca destruir y tiene sumido en la pobreza y desolación al pueblo venezolano.
Lo considero una buena persona y he servido a su lado con convicción y lealtad, pero siempre dije que no estoy aquí por el cargo, ni por el sueldo, ni por los honores y que en el momento que sienta que este cargo se convierte en un impedimento para servir y aportar a los temas más relevantes del país, prefiero salir como entré y eso haré mañana, saldré de aquí con la frente en alto y de la mano de mi esposa. 4 No es una decisión fácil, lo más cómodo sería quedarme aquí, pero jamás he actuado en torno a mi comodidad, por eso hoy lo responsable es salir. Renuncié desde el primer día a todos los beneficios que me corresponderían por haber ejercido esta función: sueldos vitalicios, seguridad o movilización.
Soy joven, tengo 37 años y sé cómo proveer a mi familia trabajando con honestidad, como siempre lo he hecho. Por ello, esos recursos quiero que se destinen a quienes más los necesitan. Trabajé por la unidad y con respeto, sin ver banderas políticas, sin ofender a nadie y enfocado en unir fuerzas para resolver los problemas de la gente. El Ecuador enfrentará una de las elecciones más relevantes de su historia y, por ello hoy el mejor servicio que se puede dar hoy a nuestro país es trabajar en la construcción de un camino que nos lleve lejos de la inequidad, el hambre, el desempleo y la corrupción, males que nos han perseguido por demasiado tiempo. Debemos enfocarnos en los objetivos comunes renunciando a cualquier interés particular, para lograr un sociedad justa, prospera y equitativa.
Haré este esfuerzo desde fuera de la vicepresidencia, así no quedará duda alguna respecto al uso de recursos públicos para esto. Con esta decisión, esos que no quieren que el país cambie, redoblarán sus ataques. Te pido que no creas en tanta mentira orquestada por los que le temen a la juventud, a las nuevas ideas y nuevas personas que quieren sacar a nuestro país adelante, a los que somos independientes y no le debemos nada a nadie. Intentan relacionarme a cualquier costo, con cualquier cosa pero la gente sabe que mi única relación es con la verdad. Es que para ellos esto es un negocio y una obsesión, cuando solo debe ser un servicio y una vocación. Quieren bajar a la gente decente a su cloaca porque creen que esa es la única forma que tienen de competir, como no pueden superar su incompetencia quieren destrozar a cualquier costo lo que ven como competencia. Saben que estamos hartos de ellos y no podemos quedarnos de brazos cruzados.
Para alcanzar un mejor futuro para nosotros y, sobre todo, para nuestros hijos debemos dejar de cometer los errores del pasado. No confíes nunca en la gente obsesionada con el poder, ni en los que estuvieron por años empeorando todo e insisten en volver a cualquier costo y a cualquier cargo. No confíes tampoco en los que venden falsas ilusiones, pues no hay frutos sin esfuerzo ni fórmulas mágicas, las verdades a veces son incómodas pero necesarias. Tampoco creas en aquellos que se consideran indispensables, pues nadie lo es y solo unidos podemos construir un futuro mejor. 5 Cree siempre en la gente sencilla, sin vanidades, con verdadera vocación de servicio. Alguien real y auténtico, que se presente como es, no les creas a esos que intentan cambiar solo para simpatizar. La honestidad en la vida pública no debe ser vista como una virtud sino como un requisito. Ser honesto, en lo público y lo privado siempre será el mejor negocio. Ya estamos cansados de esa honestidad que solo se predica con la boca, queremos la que se practica con el ejemplo. Y si lo que buscas es dinero, anda a trabajar a una empresa privada porque al sector público se viene a servir y el dinero aquí no es para enriquecerse, sino para resolver los problemas de los más necesitados.
A los jóvenes nos corresponde acabar con ese mal ejemplo de la política del berrinche y el bochinche que solo ha conseguido alejar a los buenos y atraer a los malos. Gracias a Quito por acogernos a mí y a mi familia como unos hijos más de esta ciudad. Gracias a Guayaquil por mostrarnos que una vez más desde las cenizas nos vamos a levantar. Gracias a todo el país, a sus 24 provincias por recibirnos en cada rincón con cariño cada vez que nos acercamos a ustedes trabajando en nuestros recorridos. Gracias a mi equipo de trabajo, nunca dudaron en hacer todo lo necesario en los momentos más difíciles y decisivos, se han jugado hasta la vida. Gracias a mi familia y en especial a Claudia, mi esposa, por todo tu apoyo. Juntos hemos formado una familia y nuestro único legado relevante será dejar hijos bien criados que sumen al país.
Me llevo de aquí la satisfacción del deber cumplido, con la experiencia de haber enfrentado las crisis más difíciles que hemos vivido en mucho tiempo, trabajando desde el primer día hasta el último minuto, con la certeza de que la alegría, sobre todo en los momentos más difíciles, no se trata de felicidad y sonrisas, sino de saber que estás haciendo lo correcto. Gracias a todos ustedes por permitirme servirlos y demostrarme que nuestro país puede salir adelante, luchando juntos por el único proyecto que vale la pena, el que tiene siete letras y se llama Ecuador.
Que Dios bendiga a nuestra nación”.