Oswaldo Jarrín: ‘Hay grupos poderosos que quieren controlar al Estado’

Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO

Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO

Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO

Entrevista a Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa

En 24 días, el país recordará los 25 años de la guerra del Cenepa. ¿Cuáles son los nuevos desafíos para las FF.AA. luego de que la prioridad pasara de la frontera sur a la norte?


La prioridad en el mundo, no solamente en el Ecuador, son los conflictos intraestatales, con actores no estatales, pero que tienen un gran poder y una gran afectación.

¿A qué se refiere?

Esto significa que hay entidades u organizaciones con enorme poder, que sin ser estatales, son transnacionales que quieren controlar al Estado. Tratan de quitar el monopolio del uso de la fuerza y quieren dominar el ambiente en el que están. Uno de estos grupos es el narcotráfico.

¿Otros actores de este tipo son los que aparecieron en el paro de octubre?

Estos son grupos internos no estatales, que igual pretenden imponer los principios o las ideas de un sector.

¿Cómo enfrentar a estos nuevos actores y garantizar la seguridad interna?

Si hablamos de seguridad interna se requiere, por ejemplo, mayor movilidad. Eso significa vehículos, medios aéreos, mejor capacidad de relevo de tropas en las fronteras. Se requiere de más radares tácticos para guardacostas, entre otros.

¿Qué se ha adquirido?

En el 2019 compramos helicópteros, aviones de entrenamiento. También está el buque multipropósito, para que la Fuerza Naval tenga mayor capacidad de abastecimiento logístico en el mar y para que los guardacostas puedan reabastecerse estando en funciones. Se han adquirido medios aéreos, radares para tener mayor capacidad de detección y reacción.

¿En esas compras también se incluyó material antimotines para FF.AA.?

Nosotros tenemos como misión el apoyo a la Policía. Ese apoyo es en función de su misión, que es el control del orden y preservación de la paz. Si ese objetivo debe cumplir la Policía, las FF.AA. tienen que apoyar en esto y estar en condiciones de equiparnos para tener armamento no letal, que permite cumplir las misiones tipo policial.

Pero FF.AA. piden una norma para que en escenarios críticos, como los de octubre, los militares estén al frente de toda la operación y que la Policía sea solo un ente de apoyo a ustedes. Es decir, todo lo contrario de lo que ocurre en este momento.

La Ley de Defensa requiere que haya una reestructuración al interior de FF.AA. y de todo el sistema de seguridad. En ese sentido, se está entregando la documentación que respalda a las leyes, que son fundamentales para poder actuar.

En este momento se intenta fortalecer a las Fuerza Armadas con iniciativas como estas, pero en la década anterior también hubo intentos para que los militares pasen a ser, por ejemplo, guardabosques.

Cada vez que las FF.AA. cumplen una misión profesional, luego del éxito viene la reducción. En 1998, como se acabó la guerra con el Perú, se creía que esta institución es innecesaria. Pasó un año y tuvimos el atentado terrorista en el nororiente de la frontera, en donde un comando de 50 personas secuestró a 11 expertos petroleros. De ahí se volvió a pensar que los militares deben estar preparados.

Y recientemente se produjo la crisis en Mataje.

Decir que por haber firmado la paz con Perú o por haber acordado el límite fronterizo marítimo con Colombia no se necesita de las Fuerzas Armadas no es acertado. Las guerras se dan en función de las amenazas que se van presentando, que no son siempre bien determinadas o fijas. Pueden ir evolucionando.

Usted ha dicho que el objetivo actual es afrontar la insurgencia en el país.

Después de la crisis de octubre, el Ministerio de Defensa hizo su apreciación de Inteligencia estratégica y nos dimos cuenta de la necesidad de reorganizar doctrina, mando, recursos y planificación y se emitió una directiva. ¿Por qué?
La insurgencia se concibió como la nueva amenaza. Son grupos organizados con el propósito de aprovecharse del conflicto interno, movilizar a las masas, valerse de la violencia, de la criminalidad, del sabotaje, con el objetivo de derrocar a un gobierno.

¿Esos grupos están aquí?

Eso se vivió en octubre y el país lo comprobó. Estos grupos pretenden controlar al Estado y a la región. Entonces, la insurgencia no es un fenómeno interno único, sino busca, con diversas corrientes, derrocar a un gobierno.

¿Quiénes son esos grupos? ¿Están identificados?

No están definidos, pues no estamos hablando de una guerra convencional, no es una guerra como la del Cenepa. Hay que identificar a esos grupos, porque están mezclados. Esa mezcla es lo que confunde.

¿Inteligencia falló y no pudo identificar lo que se venía en octubre?

No pudo haber existido ninguna operación militar sino hubiera existido Inteligencia. ¿Cómo se determinó el cambio de sede del Presidente de la República de Quito a Guayaquil? ¿Dónde se detectó la necesidad? Precisamente en los servicios de Inteligencia.

Ahora, ¿cómo está la situación interna de FF.AA.? De la total cohesión en el Cenepa pasaron a escenarios como los del anterior gobierno, que incluso habló de la vajilla que usan la tropa y los oficiales.

Sin que las FF.AA. opinen de las corrientes políticas-ideológicas internas sufrieron una afectación. La Ley de Seguridad Social fue destruida. Se implementó engañosamente un sistema y se incluyó un doble sistema de descuentos. Eso está causando un gravísimo problema (al Issfa). Además, se recortó el personal, se redujo el 50% de ingresos para la formación militar. Eso significó una transformación de la estructura de las FF.AA. Se generaron conflictos entre la tropa y los oficiales. Se provocó un desconcierto al interior. Así nos hicimos cargo del Ministerio de Defensa y hemos ido solucionando los problemas. Lo de octubre es la mejor demostración de disciplina y cohesión que hay en FF.AA.

¿Usted encontró unas FF.AA. divididas?

Había confrontación de tropa con oficiales, generando malestar.

Trayectoria. Ministro de Defensa. Este cargo ya lo ocupó del 2005 al 2006. En el conflicto del Cenepa fue Director de la Academia de Guerra del Ejército cuando llegaron los pases de guerra para alumnos que se incorporaron a las unidades. Fue Director de Operaciones del Ejército en el combate. Fue oficial de enlace en la Misión de Observadores Militares Ecuador-Perú (Momep).

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