Washington, Tegucigalpa. ANSA, AFP y REUTERS
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El diálogo y la mediación aparecen ahora como las únicas salidas a la crisis política en Honduras. Eso quedó en claro ayer, luego de la reunión que mantuvieron en Washington la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, y el depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya Rosales.
Al término de la cita Clinton-Zelaya, salió a la luz el nombre del personaje que actuará de mediador en el conflicto institucional que vive el caotizado país centroamericano. Será el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, premio Nobel de la Paz en 1987, quien incluso hará sentar frente a frente a Zelaya y a Roberto Micheletti, los dos mandatarios que ahora tiene Honduras.
“He discutido esto ampliamente con el presidente Zelaya. Estuvo de acuerdo con que el presidente Arias” está calificado para mediar, afirmó ayer Clinton.
En tanto que Zelaya matizó que su reunión con Micheletti no será para negociar, sino para planificar “la salida de los golpistas” .
Arias incluso ya tiene lista una hoja de ruta para su misión diplomática. Mañana, en su residencia en San José, iniciará su mediación. El Premio Nobel de la Paz manifestó sentirse “muy honrado” de haber sido aceptado como interlocutor entre el depuesto Zelaya y Micheletti, gobernante de facto desde el 29 de junio.
La oficina de prensa de la Casa Presidencial informó que Arias recibió ayer llamadas telefónicas de Zelaya y Micheletti, así como de Hillary Clinton, a quienes puso como única condición mantener “la buena voluntad” .
Por su lado, Zelaya anunció que llegará hoy a Costa Rica, en víspera del comienzo del proceso de diálogo, que durará dos días.
Acompañarán a Arias el canciller, Bruno Stago, y su hermano y ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias. Zelaya arribará acompañado de su vicepresidente, Arístides Mejía, y su canciller, Patricia Rodas. En tanto, aún no está clara la integración de la misión que acompañará a Micheletti, que es esperado en San José antes del mediodía de mañana.
Arias vuelve así a tener un papel protagónico en una crisis centroamericana, tal como en los años ochenta, cuando sus gestiones para terminar con las guerras civiles en la región le valieron el Nobel de la Paz. Arias, de 68 años, ha sido inflexible para defender la legitimidad de Zelaya, aunque no comparte sus ideas ni simpatiza con algunos de sus aliados, como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su par nicaragüense, Daniel Ortega.
“El golpe de Estado (…) en Tegucigalpa puso en evidencia el inmenso riesgo de contar con autoridades militares poderosas ahí donde las autoridades civiles son débiles”, comentó el Jefe de Estado de Costa Rica.