Comportadito el Presidente Correa.
Un patán habría dicho a los posibles cooperadores del fideicomiso de la Iniciativa Yasuní “métanse los centavitos por el …”. Correa sólo les mandó metérselos “..por las orejas”.
Recordemos los antecedentes. La protección del Yasuní superó al interés nacional y se convirtió en compromiso mundial.
Seguro que el Ecuador requiere una compensación de apoyo a la infraestructura que mejore la calidad de vida de los ecuatorianos -fuentes no contaminantes de energía, mantenimiento de bosques y otros proyectos- y ése es el mérito de la propuesta generada desde los sectores sociales.
Lo imaginativo de la iniciativa hacía pensar que se alcanzaría lo que podía parecer imposible. Mientras los certificados por carbono autorizados en Kioto fueron establecidos para castigar a los que se habían excedidos en emanaciones contaminantes y gratificar a los que las disminuían, la propuesta ecuatoriana fue que se compense la no emanación de contaminantes, preservando el ambiente. Habría sido lo más significativo de Copenhague, diciembre del 2009.
En su momento, Acosta, Falconí y otros impulsaron la propuesta. No hubo ecuatoriano que disienta de la iniciativa Yasuní.
Correa, por ser efe de Estado, asumió el encargo de liderar la demanda internacional y se produjo lo impensable.
Cuando sólo faltaba formalizar el instrumento de fideicomiso que amarraría a los cooperadores internacionales – bajo la gestión y veeduría de un Comité del Fideicomiso, que a todos, a los ecuatorianos y a los aportantes financieros, den seguridad del correcto uso del dinero, Correa prohibió firmar el instrumento.
Luego agravió en palabras a los comprometidos a aportar “métanse los centavitos por las orejas”, y sumó la amenaza de que aun cuando se deprede la reserva natural y humana extraerá el petróleo del área protegida del Yasuní, si los aportantes financieros pretenden estar en el Comité del Fideicomiso.
En otras palabras, como en la publicidad del lotto, el mensaje de Correa parece ser “ yo solito manejo la chequera y si no me lo aceptan depredo la reserva del Yasuní y extraigo los 846 millones de barriles de petróleo”.
No sólo creo en el temor de Acosta y Falconí acerca de que hayan intereses para explotar 846 millones de barriles de petróleo a cualquier costo social y humano, sino que estoy seguro que atrás de lo dicho por Correa están los que manejan la contratación pública que en el gobierno de Correa han multiplicado los sobreprecios y los fraudes contractuales y sienten que los perderán si ellos no deciden los contratos. Los ejemplos son numerosos.
Los honestos ningún temor deben tener a los fideicomisos que aseguren la rectitud de todos.