Redacción Quito
La Ordenanza 068 regula la recolección y limpieza de la basura. Esta anuncia que está prohibido botar desechos en la vía. Pero esta normativa no se cumple.
Ayer en la calle Hermandad Ferroviaria, en el sur, la basura estaba depositada en las veredas del sector. Tres moradores dijeron no conocer la existencia de una ordenanza que multe a quienes ensucien las calles. El incumplimiento de la Ordenanza se debería multar con valores de entre USD 4 y 200.
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La codificación de las ordenanzas se dará de acuerdo con la importancia, en el servicio, que tengan para las personas.
Existen ordenanzas que no están vigentes y deberán ser reemplazadas por nuevas que se ajusten a la coyuntura actual. Sin embargo, esto debe cumplir con un proceso burocrático dentro del Concejo.
La Ordenanza de Uso de Suelo, en la cual se establecen las multas para los conductores que dejen sus vehículos en zonas prohibidas, sí se difundió en medios de comunicación.
Cada empresas municipal debe hacer cumplir las ordenanzas de servicio.
La falta de difusión de las normativas para mejorar la convivencia por parte de las autoridades municipales ha ocasionado que los quiteños infrinjan las ordenanzas. De hecho, el Municipio no tiene un registro de cuántas personas han sido multadas por ensuciar las calles.
Sin embargo, Andrés Cárdenas recibió una multa del Cabildo por dejar material de construcción en la puerta de su casa, en La Ferroviaria. Tuvo que pagar USD 200 y recoger la arena que estaba en la vereda. Recién ahí se enteró que había una ordenanza de este tipo.
En Quito existen alrededor de 4 000 ordenanzas (el Cabildo no tiene una cifra exacta de ellas). Para evitar que se den más infracciones por desconocimiento, el Municipio planea codificarlas.
Según Ximena Ponce, presidenta de la Comisión de Planificación Estratégica y Participación Ciudadana, el agrupar y jerarquizar las normativas es una tarea fundamental. La propuesta pretende ‘traducir’ del lenguaje técnico-jurídico a escritos sencillos de entender. Ponce explicó que esta codificación pudiera estar lista a finales de año. Y con ello, “mejoraría el cumplimiento de deberes y derechos de las personas”, dice.
Pero para Luisa Gordón, moradora del barrio El Recreo, el problema de las ordenanzas va más allá. Para ella, la colaboración de los ciudadanos es un punto fundamental en el ordenamiento de la ciudad. Gordón ejemplificó un caso: “Evitar que la basura permanezca en las calles no solo depende de los moradores. Los carros recolectores, a veces, no pasan a la hora que dicen, y otros vecinos sacan las fundas cuando quieren”.
Este es un problema recurrente en las calles de la urbe. No solo por el descuido de las personas sino también por la presencia de perros callejeros.
Para Patricia Arévalo, los canes deberían tener mayor control. Arévalo desconoce que sí existe una ordenanza que regula el mantenimiento de los perros dentro de la ciudad. Estacionarse en sitios no permitidos es otra de las normativas que no se cumple. Actualmente, quien la incumpla deberá cancelar una multa de USD 109.
Sin embargo, no todas las personas conocen sobre esta reglamentación. Hace un mes aproximadamente Arturo Aules dejó su auto estacionado en la calle Oriente, en el centro, mientras iba a clases. Él no sabía que una grúa se podía llevar su auto a un parqueadero y que debía pagar para sacarlo de ahí.
Aules recordó que cuando él estaba en clases, un amigo entró y dijo que se estaban llevando los carros que estaban en la calle. Cuando salió, su auto ya no estaba y tuvo que averiguar dónde estaba y pagar la multa. Ese día se enteró que el Municipio tenía también -además de la Policía- la potestad de llevarse los autos mal ubicados.
En la propuesta municipal se prevé realizar una campaña de difusión en medios. Además, se plantea realizar talleres para que la gente conozca sus deberes y derechos con relación a Quito.
Según el Municipio, desde el próximo año se pondría en marcha el plan de difusión. Sin embargo, todavía no hay un presupuesto para ejecutarlo. La Comisión de Participación Ciudadana y la Procuraduría realizan la ‘traducción’ de las normas.
En este proceso, primero se está digitalizando cada normativa para que en el futuro puedan ser subidas a la web. Luego de ello, harán agrupamiento, es decir, que las ordenanzas se subdividirán por temáticas. Así, por ejemplo, todas las de uso de suelo estarán en un mismo paquete.
Punto de vista
Rubén Bravo/ Catedrático Universidad Salesiana
Las ordenanzas son necesarias
Conocer las ordenanzas municipales es garantizar el buen vivir de las personas. Así que es indispensable difundirlas.
Esto implica que todos debemos conocer, no las 4 000 ordenanzas, pero sí las que competen a la construcción de la ciudadanía; esas son las que más cercanas están a los ciudadanos.
Para esto, el Municipio debe realizar una clasificación de las normas más importantes en la cotidianidad de los ciudadanos. Debe utilizar los medios de comunicación masivos, pero también los medios alternativos. Y más que nada fomentar la participación y el acercamiento de los barrios en estos temas.