Opositoras nicaragüenses piden que OEA se involucre en conflicto de su país

La opositora María Teresa Blandón exhorta a la OEA que se involucre en en conflicto de Nicaragua para poner fin al gobierno de Daniel Ortega. La activista considera que la OEA priorizó el conflicto de Venezuela. Foto: Facebook Maria Teresa Blandon

La opositora María Teresa Blandón exhorta a la OEA que se involucre en en conflicto de Nicaragua para poner fin al gobierno de Daniel Ortega. La activista considera que la OEA priorizó el conflicto de Venezuela. Foto: Facebook Maria Teresa Blandon

La opositora María Teresa Blandón exhorta a la OEA que se involucre en en conflicto de Nicaragua para poner fin al gobierno de Daniel Ortega. La activista considera que la OEA priorizó el conflicto de Venezuela. Foto: Facebook María Teresa Blandón

Opositoras Nicaragüenses piden a la Organización de Estados Americanos (OEA) que se involucre para poner fin al gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, al margen de otros conflictos en la región, como del de Venezuela, con el que reconocen una clara "conexión".

"Almagro (secretario general de la OEA) tiene que responder al clamor de la mayoría del pueblo nicaragüense y de la sociedad civil. Es su responsabilidad", afirma la opositora feminista María Teresa Blandón, en una entrevista en Madrid.

Blandón, junto a la líder campesina Francisca Ramírez Torres y la abogada ambientalista Mónica López, integrantes de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco, han comenzado en España una gira europea para denunciar la situación política que vive su país y la falta de justicia, democracia y libertad.

La activista nicaragüense insiste en la "enorme responsabilidad" de la OEA "por no haber atendido oportunamente las denuncias que hicieron distintos grupos de la sociedad civil nicaragüense" durante años.

Blandón coincide con otros opositores de su país en la conexión que existe entre Nicaragua y Venezuela, que habría sostenido económicamente al gobierno de Ortega en su "política de populismo irresponsable y desbocado", al que acusa además de haberse "enriquecido ilegalmente" con el dinero venezolano.

La activista nicaragüense considera que la OEA priorizó el conflicto de Venezuela respecto a otros de la región, como el de su país, pero no solo esa organización, también incluye a otros actores, como el gobierno de Estados Unidos.

"La estrategia sería desmontar el Gobierno de Venezuela para que otros gobiernos como los de Nicaragua y Cuba dejen de tener apoyo", argumenta.

"Nicaragua no tendría que volver a ser víctima de estos conflictos geopolíticos (...) No nos gustaría ser como corderos sacrificiales en esa estrategia", dice.

"Quisiéramos y demandamos eso a la OEA, una atención particular, porque somos un pueblo soberano y porque en Nicaragua se están violando sistemáticamente los derechos humanos", concluye Blandón.

Además, considera que Naciones Unidas tiene también una deuda pendiente con Nicaragua porque durante doce años "desoyeron abiertamente" las denuncias que hizo la oposición.

La líder feminista, que continúa viviendo en Nicaragua, reconoce que los opositores sufren "una tensión permanente" y se sienten "estrechamente vigilados, pero esperanzados de que van a "lograr salir de esta nueva dictadura".

Esta socióloga, nacida en 1961, que como otros muchos de su generación se enfrentó a la dictadura de Anastasio Somoza en los años setenta, reconoce que es "casi como una broma de mal gusto de la historia" tener que volver a luchar, pero admite que lo que le "duele profundamente" es que las nuevas generaciones tengan que enfrentarse a lo mismo.

"Esto ha sido una de las cosas más dolorosas", admite, y considera que el "nivel de crueldad" de la represión del Gobierno de Ortega es incluso superior al que se daba en la época de Somoza, destituido en 1979 por la revolución sandinista, en la que participó Daniel Ortega.

"Ortega está en guerra con el pueblo nicaragüense y está dispuesto a seguir matando si es que la comunidad internacional no hace algo para ayudar a la sociedad nicaragüense", concluye.

La oposición al gobierno de Ortega existe desde hace años, pero se recrudeció a partir de abril de 2018, cuando una frustrada reforma de la seguridad social sacó a la calle a miles de ciudadanos para protestar por la medida y fueron duramente reprimidos.

Desde entonces ha habido 325 muertos por las protestas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos locales de ayuda humanitaria elevan la cifra a 561, mientras que el Ejército solo reconoce a 199.

Blandón se muestra escéptica ante un posible diálogo del Gobierno con la oposición, después de dos intentos fallidos, pero considera que el pueblo de Nicaragua no estaría dispuesto a negociar su permanencia en el poder hasta 2021.

"El régimen Ortega-Murillo ya no tiene soluciones responsables que ofrecer a la sociedad nicaragüense, por eso es imperativo adelantar elecciones", concluye.

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