El ‘poscorreísmo’, el reto de las oposiciones

César Montúfar, de Concertación; Ramiro González, de Avanza y Alberto Acosta, de Montecristi Vive. Fotos: Archivo EL COMERCIO

César Montúfar, de Concertación; Ramiro González, de Avanza y Alberto Acosta, de Montecristi Vive. Fotos: Archivo EL COMERCIO

César Montúfar, de Concertación; Ramiro González, de Avanza y Alberto Acosta, de Montecristi Vive. Fotos: Archivo EL COMERCIO

Faltan algo más de 13 meses para febrero del 2017. Aunque políticamente el tiempo es corto, varios sectores de la oposición están pensando en una agenda de aliento mayor: el poscorreísmo. Y para ello delinean acciones políticas e invocan a la unidad de los sectores políticos “democráticos”, si quieren evitar que Alianza País siga instalado en la calle García Moreno.

“Unidad” es la palabra en que coinciden todos, pero lograrla se está mostrando más complejo. Al solo haber un precandidato claramente definido, Guillermo Lasso, quien está trabajando para llegar al Palacio de Carondelet, otras organizaciones están queriendo pensar más allá de las candidaturas. Al menos, por el momento, elaboran programas de transición.

Es el caso de Concertación, que preside César Montúfar. Un documento de 112 páginas en coautoría con Byron Real, es el primer programa escrito y publicado para un régimen de “transición a la Democracia” para el 2017, si los vientos electorales les son favorables y Alianza País no es gobierno hasta el 2021.

A pesar de su cercanía con Lasso, en el colectivo Compromiso Ecuador, que buscó una consulta popular sobre las enmiendas, la teoría de Concertación suena bastante clara. No se puede pensar en nombres para terminar con el aparato estatal de Alianza País. Si se piensa en quién va a suceder a Correa, el futuro se complica. Por eso se hace Julio Echeverría participó de la elaboración de este documento. Y para él, adquiere más importancia ante un problema político-cultural del país: su carácter electoralista. “Los actores políticos piensan más en la elecciones que en la construcción de una propuesta programática que sea sólida”.

En algo parecido están las organizaciones que se encuentran a la izquierda de Alianza País, como Montecristi Vive. Juan Pablo Cuvi afirma que ya se están llevando reuniones con Democracia Sí, Unidad Popular, Ruptura. Coincide con Echeverría en que el peligro mayor para su sector es dejarse envolver por las lógicas electorales.“La izquierda pueda tener coincidencias que permitan cualquier tipo de negociación con otras expresiones políticas”.

Si bien descartan un acercamiento a Lasso o al socialcristianismo por “tener proyectos de dominación muy definidos”, el reto de estas organizaciones es recuperar su imagen luego de 12 años de Régimen que, ­para ellos, poco tiene de izquierda a pesar de su discurso. “Es el karma que habrá que enfrentar”, reconoce Cuvi:
“aparentemente el fracaso de algunos gobiernos será endosado a la izquierda”.

Avanza busca también la posibilidad de consolidar un consenso del centro a la izquierda en este momento, con “un programa mínimo de salvación ante el caos que vivimos”, dice Antonio Posso. Pero insiste en que para ello lo primero que debe pasar es deponer las candidaturas. “Nosotros tenemos un precandidato, que es Ramiro González, pero él está en la misma línea. No está loco por ser candidato sino que estamos buscando una alternativa de gobernabilidad”, dice.

Pero si la unidad de la oposición se orientase finalmente a lo electoral, para Ruth Hidalgo, directora de la Corporación Participación Ciudadana, no deben dejar de pensar en alianzas para la Asamblea si quieren asegurar una mayoría. Lo dice pensando sobre todo en el método D’Hondt. “Por las reglas de juego, si no entran en Alianza, sobre todo los movimientos pequeños, no van a poder llegar a la Asamblea”.

Sin embargo, hay un hecho inédito en estos ocho años: todo el arco político opositor, de izquierda a derecha, ha llegado a un acuerdo. Un total de 14 organizaciones se han unido en un pacto para exigir al Consejo Nacional Electoral transparencia en los comicios del 2017.

Izquierdas: la línea antisistémica

Líneas antisistémicas. Una democracia radical que se sustente en líneas que profundicen y hagan verdadero el concepto ‘plurinacional’.
Ambiental. Defensa de los derechos de la naturaleza como estrategia para combatir la minería agresiva que se da en el país. También una profunda reforma agraria que esté articulada con la plurinacionalidad.
Desmonopolización. Los ocho años de la Revolución Ciudadana permitieron el crecimiento de los monopolios. Volver la mirada a los productores de pequeña escala.

Avanza propone dos líneas políticas

Macroeconomía. Dar apertura a las inversiones nacionales y extranjeras con seguridad jurídica. Un Régimen que dé paso a la austeridad y termine con el derroche, reducción del aparato burocrático innecesario, que no incluye a los maestros ni a los médicos.
Gobernabilidad. Para llegar a los puntos anteriores, hay que tener un pacto, que debe incluir la libertad de expresión. Además, se debe convocar a una nueva Asamblea Constituyente para terminar con el hiperpresidencialismo, que domina la estructura del Estado.

Concertación: tres pasos al cambio

Pacto. Tiene que ver con la Constitución y los derechos. Para eso, se requiere una efectiva división de poderes y una democracia participativa y representativa.
DD.HH. Garantizar el respeto de las garantías de todos quienes habitan en el país; generar condiciones económicas y políticas para la equidad, superación de la pobreza y construcción de un Estado pluricultural.
Economía. Un sistema productivo, regulado por el Estado y basado en la iniciativa privada, social y solidaria y generar empleo de calidad.

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