La gerenta de Transportes Ecuador, Sofía Molina (centro), lideró el nuevo modelo de gestión en la compañía. Fotos: Julio Estrella y Glenda Giacometti /EL COMERCIO
Certificaciones e incentivos para los conductores, inversión y cambio en el modelo de gestión. Esas fueron algunas estrategias de cuatro cooperativas de transporte que alcanzaron los puntajes más altos en el proyecto Pasajero Seguro, que busca evitar accidentes de tránsito en las vías del país.
Estos esfuerzos de Transportes Ecuador, Consorcio Mejía Brito, Cooperativa La Maná y Transvencedores fueron reconocidos por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y la Agencia Nacional de Tránsito. En total, 55 operadoras recibieron de una a cuatro estrellas por sus méritos.
Transportes Ecuador fue la única compañía con cuatro estrellas. Sofía Molina, gerenta, contó que para ese fin trabajaron todos los 54 socios, sus ayudantes y personal administrativo. El éxito, afirmó, estuvo en la implementación de un modelo de gestión en una empresa que no estaba acostumbrada a los cambios.
Ramiro Chicaiza (izquierda) es el presidente del Consorcio Mejía Brito, donde se aplicó un plan de mejoras.
Luego de un diagnóstico se dio capacitaciones a los conductores en primeros auxilios o manejo de extintores y hasta compraron una aplicación digital para monitorear la velocidad de cada unidad. En este último punto fue donde más se invirtió (USD 20 000).
“Definimos metas. La idea era cambiar de mentalidad y crear un sentido de pertenencia con la institución”, indicó Molina. Uno de los principales retos fue un manejo más adecuado de sus recursos. Por ejemplo, con el médico institucional hicieron fichas de cada conductor y un seguimiento de sus enfermedades y peso.
Ese último punto fue clave en la evaluación. Las autoridades de tránsito revisaron cinco aspectos en cada cooperativa: políticas institucionales; conductores (capacitación, salud y chequeos de rutina); vehículos (mantenimiento, seguridad); gestión de siniestros; y cultura preventiva.
El esfuerzo por involucrar a dos empresas familiares en un plan administrativo en el que se incluya al usuario se premió en el Consorcio Mejía Brito. Hugo Cevallos, asesor de esta asociación, dijo que el cambio de mentalidad con los socios efectivamente fue lo más duro. También se aplicaron planes administrativos y se concretó la compra de nuevos buses.
Otro de los cambios más grandes para los conductores de los 82 buses fue el control de velocidad. Así lo contó Ramiro Chicaiza, presidente del consorcio. “Antes había correteos entre las unidades pero ya tenemos un reglamento disciplinario. Les hicimos entender que vivimos del usuario”.
Iván Salazar (derecha de pie), gerente de Transvencedores, lidera las capacitaciones a conductores y socios.
El monitoreo de la velocidad se hace desde una oficina. A través del GPS se ubica a cada unidad que es informada si excede los límites permitidos; de ser así se les impone una sanción económica.
En la cooperativa La Maná, otra de las operadoras con alta puntuación, ya se acostumbraron a llenar las planillas de gestión, seguridad vial y a la capacitación. También se han hecho evaluaciones médicas a los conductores. Ellos, sus ayudantes y personal administrativo han recibido 250 horas de clases sobre leyes de tránsito, protocolo en caso de accidentes, primeros auxilios, servicio al cliente, entre otros temas. El control mecánico de las unidades ahora se hace en Quito.
“Estamos empeñados en cumplir con todas las disposiciones”, dijo Willian Gallo, gerente de la cooperativa La Maná. Él indicó que también se aplicaron incentivos a los conductores con menos infracciones. “Los conductores que tienen menos de 10 puntos en la licencia deben entrar a los procesos de recuperación, caso contrario dejarán la empresa”, explicó Israel Román, presidente de la Cooperativa.
Para Román, esta medida ayudó a reducir las infracciones. Actualmente, el 70% de los 90 conductores tiene por encima de los 25 puntos en sus licencias. “Es una buena noticia para la empresa esta distinción. Eso nos compromete para seguir capacitándonos”.
Para Transvencedores, el reconocimiento que recibieron es la recompensa a sus esfuerzos por mejorar la calidad de sus servicios y contribuir a la seguridad vial. “Cumplir con la ley ahora es nuestra premisa”, contó Fausto Hidalgo, presidente de la cooperativa.
Los 24 socios y conductores se sometieron a cursos de seguridad vial y tránsito que se iniciaron en el 2017. Ahora esos talleres se convirtieron en un requisito para ser parte de esta operadora. De hecho, un comité verifica que todo aspirante a conductor cumpla con requisitos como dominar rutas complejas o mantener intactos los puntos de su licencia.
“Todos nos esforzamos por mejorar y continuaremos imitando los buenos ejemplos hasta que lleguemos a ser los mejores”, dijo Iván Salazar, gerente de la Cooperativa.
El proyecto Pasajero Seguro contó con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo-BID. Juan Emilio Rodríguez, consultor de esta entidad, explicó que durante la evaluación también colaboraron con talleres de instrucción. “Se ha dado un aporte al fortalecimiento técnico para que haya herramientas de gestión. Con esto ya no es necesario buscar ejemplos fuera del país. Falta que todas las compañías alcancen estos sistemas”.