Olga Imbaquingo, corresponsal en Nueva York, Reuters
Asuntos domésticos, regionales y planetarios trajo el canciller ecuatoriano, Fander Falconí, a la mesa del debate de la última Asamblea General de las Naciones Unidas que termina esta noche.
No dejó pasar por alto el proceso de diálogo entre Ecuador y Colombia para el reestablecimiento de las relaciones “las mismas que serán de enorme beneficio para nuestros pueblos. Esto ha sido gracias al espacio de diálogo y encuentro que ofrece cada año la Asamblea General de las Naciones Unidas”.
Falconí fue uno de los últimos en intervenir en ONU y al igual que casi todos los mandatarios y cancilleres de los países del Tercer Mundo, insistió en la necesidad del multilateralismo y de democratizar al Consejo de Seguridad de la ONU.
Dejó claro ante esa audiencia que Ecuador se congratula con el reingreso de Cuba en la Organización de Estados Americanos (OEA) y exige el levantamiento del bloqueo, al tiempo que insistió en la restitución inmediata del presidente de Honduras Manuel Zelaya.
Al igual que la anterior asamblea, el presidente Rafael Correa tuvo dardos en contra del Fondo Monetario y del Banco Mundial, Falconí no desaprovechó este foro para cuestionar la ingerencia de estos organismos que “colaboraron activamente en implementar mecanismos de sojuzgamiento económico y político de las naciones”.
Pese a la crítica internacional de ciertos sectores por la salida del Ciadi, por parte de Ecuador, el Canciller expresó su rechazo, basado en los principios de soberanía, las relaciones con centros de arbitraje como el Ciadi, “que no han servido más que para juzgar, sentenciar y beneficiar los intereses transnacionales”.
Su conclusión sobre la cumbre presidencial del clima que la semana pasada tuvo su espacio en Nueva York, la autoridad diplomática ecuatoriana dijo: “con franqueza debo decir que fue una gran desilusión. Con pocas excepciones, la retórica y la falta de compromisos tangibles abundaron. Frente a esta evidencia nuestra respuesta ha sido insuficiente e irresponsable”.
No desaprovechó la ocasión para hablar de las cuatro alternativas que plantea Ecuador frente al cambio climático: el plan Yasuní, el programa socio bosques, el plan cambio de matriz energética que ya se realiza en Galápagos y el pedido a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) la creación de una eco-tasa del tres por ciento sobre el precio del petróleo para que se reduzca la demanda y disminuyan las emisiones de dióxido de carbono.
La reestructuración de deuda externa es ‘urgente’
Ecuador, que el año pasado declaró una cesación de pagos sobre parte de sus pasivos externos para luego recomprarlos, dijo el lunes que la reestructuración y el alivio de su deuda eran cuestiones urgentes.
El ministro de Relaciones Exteriores del país andino, Fander Falconi, dijo a la Asamblea General de Naciones Unidas que Ecuador no podía seguir dando más prioridad al pago de su deuda externa que al financiamiento de sus fuerzas productivas