Pese a movimientos antivacunas, OMS e infectólogos recomiendan colocarse las dosis contra el sarampión

Las dosis se deben administrar a los 12 meses y a los 18 meses de edad. Además se pide que los adultos y jóvenes que no se hayan inmunizado lo hagan. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Las dosis se deben administrar a los 12 meses y a los 18 meses de edad. Además se pide que los adultos y jóvenes que no se hayan inmunizado lo hagan. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Las dosis se deben administrar a los 12 meses y a los 18 meses de edad. Además se pide que los adultos y jóvenes que no se hayan inmunizado lo hagan. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

“No existe ninguna evidencia de que las vacunas sean contraproducentes para la infancia”, asegura la infectóloga Ana Paulina Celi. La médica confirma que los estudios clínicos realizados demuestran que los efectos indeseables, que son pocos, superan con mucho el beneficio de la vacunación.

Esto a propósito de la alerta del Ministerio de Salud, realizada el 9 de marzo, por un brote de sarampión en la región. Y a que el lunes 2 de abril se informó sobre la presencia de un caso confirmado de sarampión importado por un niño, procedente de Venezuela. Ante eso la entidad ha tomado medidas, una de ellas pedir a la población que se coloque la vacuna.

Las dosis se deben administrar a los 12 meses y a los 18 meses de edad. Además se pide que los adultos y jóvenes que no se hayan inmunizado lo hagan.

Los casos de sarampión se han disparado en países europeos y han aparecido brotes en América, declarada libre de la enfermedad infecciosa en el 2016. Entre las causas están los movimientos antivacunas y la falta de cobertura de inmunización.

“La tendencia de algunos padres de no vacunar a sus hijos es lo que ha causado nuevos brotes de sarampión, una enfermedad que en la mayoría de países estaba eliminada”, señaló la infectóloga ecuatoriana, Ana Paulina Celi. Ella pidió reflexionar sobre un punto: no solo se trata de un niño sino de su entorno. “La posibilidad de contraer sarampión se ve minimizada con el uso de la vacuna”. En Ecuador, antes de este caso importado de sarampión, el último contagio se registró en el 2011.

Una investigadora australiana, Naomi Smith, culpa a redes sociales como Facebook de haber creado una especie de “burbuja” entre los escépticos de las vacunas.

Quienes están en contra de vacunar a sus hijos afirman que el sarampión es una enfermedad benigna e incluso beneficiosa, según le dijo a la AFP, Peter Hotez, director del Centro de Vacunación del Hospital de Niños de Texas, en EE.UU.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó porque los casos de sarampión en Europa han aumentado en un 400% en el 2017. De 5 273 casos se pasó a 21 315 en el 2017. La OMS asegura que la buena higiene, el saneamiento y el agua salubre son insuficientes para detener las enfermedades infecciosas y que la vacunación aún es necesaria.

Si no se mantienen tasas de inmunización óptimas, lo que se denomina inmunidad colectiva, las enfermedades prevenibles mediante vacunación volverán.

La OMS también ha respondido que las vacunas son seguras, que todas las vacunas aprobadas son sometidas a pruebas rigurosas en diferentes ensayos clínicos. Y siguen siendo evaluadas una vez comercializadas. La mayoría de reacciones son leves y temporales, por ejemplo el dolor en el lugar de la inyección. Los raros efectos colaterales son investigados inmediatamente.

Es mucho más fácil padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna, según la OMS.

Por ejemplo, la poliomielitis puede causar parálisis; el sarampión, encefalitis y ceguera, y algunas enfermedades prevenibles mediante vacunación incluso pueden ser mortales.

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