Redacción Tecnología
Un equipo internacional de paleontólogos halló una nueva especie de mamífero que vivió hace 123 millones de años.
Su cuerpo medía solo 15 centímetros y no pesaba más de 80 gramos. El descubrimiento tuvo lugar en la provincia de Liaoning en el noreste de China.
El animal, llamado Maotherium asiaticus, tiene un aspecto curioso, entre una rata y un pequeño mono de hocico alargado, aunque está más relacionado con la familia de los marsupiales.
Este mamífero ha revelado nuevas claves sobre la evolución de los órganos auditivos, porque demuestra que el oído medio de los mamíferos mutó varias veces, desapareciendo y apareciendo a lo largo de la evolución.
Zhe-Xi Luo, vicedirector de investigación en el Museo Carnegie de Historia Natural, publicó los resultados del estudio de este animal. En este documento precisa que los mamíferos poseen un oído enormemente sensible, con una capacidad auditiva muy superior a la de todos los demás vertebrados.
“De hecho, el oído es fundamental para la vida de los mamíferos y la evolución de esta capacidad es fundamental para comprender el origen de algunas adaptaciones claves de los mamíferos”. De acuerdo con el periódico español ABC, este sofisticado oído medio está compuesto por tres huesos (martillo, yunque y estribo), que evolucionaron a partir de los huesos de la mandíbula bisagra en sus parientes reptiles.
Los paleontólogos han tratado de comprender el largo camino evolutivo de este proceso. Por ahora era complicado, pero el Maotherium asiaticus da más pistas sobre este proceso.
Según los científicos que han estudiado los fósiles, los huesos del oído del nuevo animal son similares a los de los mamíferos modernos, pero con una excepción: una conexión inusual a la mandíbula inferior, conocida como el cartílago de Meckel osificado. Se parece al estado embrionario de los mamíferos y al oído medio primitivo de los ancestros de los mamíferos.
Los investigadores creen que el oído medio de los mamíferos evolucionó en múltiples ocasiones, desapareciendo y apareciendo a lo largo del tiempo, lo que demuestra que la evolución no siempre es lineal.
Gracias a esta estructura, los mamíferos – humanos incluidos- son capaces de discernir entre una amplia gama de sonidos.
Esta sensibilidad fue clave para sobrevivir a los dinosaurios .