¿Qué hará Almagro en la OEA?

La más que segura designación, este miércoles 18, de Luis Almagro como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) trae aparejada una serie de inquietudes.

La más espinosa (y también la más importante) de todas es esta: ¿A qué intereses finalmente servirá a la cabeza de la OEA el ex Canciller del Gobierno del ex presidente uruguayo José Mujica?

Aún antes de que Almagro, un abogado y diplomático de 51 años, tome las riendas de un organismo con una imagen deteriorada, alrededor de esta pregunta existe ya un cúmulo de hipótesis.

Una de ellas es, por ejemplo, la de Ezequiel Vázquez-Ger. El consultor y analista político afincado en Washington D.C. ha lanzado un pronóstico poco esperanzador al periódico estadounidense El Nuevo Herald. “El diplomático uruguayo será un candidato a la medida de aquellos países a los que se les acusa de violar la Carta Democrática Interamericana”, señaló el también columnista del periódico español El País. Es más: considera que pudiera ser un instrumento de los países de la Alba para tomar el control de la CIDH y de la Corte Interamericana de DD.HH (CorteIDH) “porque esta última los podría poner en aprietos”.

Igualmente crítico con el ex Ministro de Relaciones Exteriores de Mujica se muestra Guillermo Cochez, exrepresentante de Panamá en el organismo. “Nunca ha dicho nada sobre la violación de los DD.HH. en Venezuela. Mal presagio”, escribió ayer en las redes sociales.

En el otro lado de la orilla de las percepciones se halla la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés). La ONG con sede en la capital de EE.UU. respalda la candidatura de Almagro “por su compromiso con una visión constructiva de la integración regional”.

A despecho de lo que haga o deje de hacer el ex Canciller uruguayo, está claro que la OEA no sirve ahora para mucho y requiere una reforma integral.

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