Redacción Quito
Las avenidas Simón Bolívar y Occidental y la autopista General Rumiñahui son consideradas peligrosas en la capital, en temporada de invierno. El asfalto mojado y la falta de precaución de algunos conductores son las causas para que durante esta época aumenten los accidentes.
Una de las primeras recomendaciones es tener paciencia y planificar mejor el tiempo para movilizarse en la urbe de un punto a otro. “Cuando llueve hay largas filas y los conductores son apurados. Se deben respetar las señales o guiarse por el policía”, explica Patricio Gutiérrez, subcomandante del Grupo de Tránsito de Pichincha.
La Policía tiene un pliego de recomendaciones para los conductores cuando hay lluvias en la ciudad. Por ejemplo, se aconseja encender las luces del auto y utilizar el freno adecuadamente. Con una mala maniobra se puede perder el control del auto sobre el asfalto.
Eso fue lo que le sucedió a Fabián Guano el pasado domingo. El estudiante universitario desconcentró su mirada del frente durante pocos segundos y, al frenar bruscamente, terminó en carril contrario, en la avenida Occidental. Él no sufrió golpes.
Pero el accidente de Guano ocurrió porque llevaba prisa de llegar a una reunión con sus compañeros y llovía. “Mi auto tiene llantas nuevas y por eso me confié. Aplasté bruscamente el freno y terminé en carril contrario. Andaba muy rápido”.
Carlos Tamayo, conductor de una camioneta doble cabina ploma, de placas PXD 345, coincide con Guano en que no se respetan las medidas de prevención ni las señales de tránsito cuando llueve y eso es peligroso.
Él, hace un año, sufrió un choque en la Simón Bolívar, a la altura del sector La Forestal. Tamayo asegura que la falta de señalización en la calzada y el exceso de velocidad en su carro fueron las causas del percance.
El pasado miércoles, el asfalto de la Simón Bolívar todavía lucía húmedo y con pequeños charcos de agua. Sin embargo, había autos que circulaban a altas velocidades. La Ley de Tránsito establece que el límite de velocidad en esta vía es de 90 km por hora para livianos y 70 para los pesados. Pero hay vehículos que incumplen la norma. “Los días que llueve hay problemas. No hay visibilidad. La acumulación de agua mojó el motor del auto”, concluye Guano.
Cada invierno, en la Simón Bolívar, se registran problemas y accidentes de tránsito. Incluso, un letrero del Municipio advierte sobre el peligro de posibles deslaves en varios tramos de la vía. La señal está ubicada en la entrada a Pueblo Unido, un barrio asentado en una colina, a un costado de la avenida.
Patricia Jurado, vecina de Los Pinos y conductora de un automóvil blanco, dice que en el ingreso a los siete sectores del barrio es difícil circular porque las calles se convierten en ríos y la granizada blanquea el asfalto.
Por eso, Jurado aprendió que en caso de una fuerte granizada debe circular con el vehículo evitando que patine. En el país, los autos no tienen las características para circular sobre granizo.
La Policía también recomienda estacionar el vehículo en una zona segura y tener precaución con la acumulación de granizo en el parabrisas del auto. Es recomendable circular de 15 a 20 kilómetros por hora.
Para este invierno, un grupo de 30 policías motorizados vigilarán las vías más conflictivas y propensas a inundaciones como los pasos a desnivel y los puentes. Las acciones de la Policía son parte de las medidas que se ejecutan en el Plan Lluvia.
Dentro de este mismo Plan se incluyó al intercambiador El Trébol como otra zona peligrosa. En este sector y en vías como la 6 de Diciembre, La Mariscal y la Interoceánica cuando llueve la visibilidad en todos los carriles disminuye y hay congestión.
Andrés Gualango, taxista de la unidad 2306, explica que en estos casos se recomienda encender las luces y respetar los semáforos. Pero el taxista reclama más vigilancia policial que ayude al control de los conductores que intentan rebasar por la derecha.
Sin embargo, al preguntarle por qué su vehículo tiene llantas lisas, respondió que “el labrado es bueno. Hay que manejar con precaución cuando llueve”.
José Cajilema, otro taxista, dice que desde hace una semana exige al dueño del auto el cambio de parabrisas. Cuando llueve el vidrio se empaña y no tiene visibilidad. Además, de una revisión de la parte mecánica para evitar accidentes.
En 2008, en el Distrito hubo 64 percances por factores climáticos como lluvia, neblina o granizada durante el invierno.