Andrea Rodríguez B.
Cuando César Ocampo llegó a Nueva York tenía apenas dos años. Sus padres dejaron Armenia, capital del Departamento de Quindío, en Colombia, para migrar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Su niñez estuvo marcada por el trabajo intenso. Con su hermana ayudaban por las noches a sus padres en tareas de limpieza. Fueron días difíciles para la familia, pero sus padres siempre los motivaron a estudiar. Ocampo es hoy uno de los investigadores más destacados de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA).
Es urgente aprovechar el potencial que tienen los niños y niñas en toda América Latina. Su trabajo consiste en optimizar las rutas que siguen los vehículos espaciales y los satélites. “No soy un genio. Hay muchas personas más brillantes que yo, por supuesto. Simplemente me apasioné por el espacio como muchos jóvenes en Latinoamérica”. Antes de cumplir seis años, presenció por televisión la última misión tripulada del proyecto Apolo XVII, que tuvo lugar en diciembre de 1972.
Estaba con su familia y se entusiasmó tanto que pensó en voz alta: “quiero estudiar algo relacionado con cohetes, aviones, astronautas y lunas”.
Este científico, de 41 años, dictó una charla en Quito, durante el undécimo Encuentro Internacional de Física, organizado por la Escuela Politécnica Nacional.
Aníbal Cruz, PhD en Física, y catedrático de esta institución educativa, ha seguido de cerca la trayectoria de este académico.
Hoja de vida
César Ocampo
Estudió Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Kansas. Tiene una maestría y un doctorado en Astrodinámica de la Universidad de Colorado.
Trabajó como investigador en varios centros espaciales de EE.UU. Es investigador de la NASA y profesor universitario.
“Él nunca se alejó de su Colombia natal. Siempre iba y venía. Es preocupado porque su país mejore desde el punto de vista académico y científico”.
Al igual que el astrofísico estadounidense, Carl Sagan, Ocampo es conocido por su labor como divulgador científico.
Washington Daza, ingeniero mecánico y catedrático, destaca el interés de este investigador por enseñar.
“Me gustó mucho que este científico, con toda su trayectoria, dedique su tiempo a divulgar sus conocimientos en los sectores marginales de Colombia. Es una persona que puede llegar con la ciencia a cualquier público, a cualquiera”. El físico Luis Lascano resalta el trabajo que desarrolló Ocampo al dirigir el lanzamiento del primer satélite colombiano .
El artefacto, denominado Libertad 1, permitió llevar a cabo un programa satelital con bajo presupuesto y en poco tiempo.
“Este investigador hace cálculos de órbitas reales. Es un trabajo que demanda mucho conocimiento de la Física clásica”.
El científico es reconocido por algunos trabajos, entre ellos, el diseño de la sonda espacial LCross. Él desarrolló el programa computacional Copérnico que permitió establecer la trayectoria de este vehículo para que llegue con éxito a la Luna.
La precisión de los cálculos garantizó que, en octubre pasado, la sonda choque contra un cráter en el Polo Sur de la Luna con el objetivo de buscar agua.
Aníbal Cruz dice que este investigador desarrolla los modelos que permiten establecer cuáles son las mejores trayectorias que deben seguir las naves espaciales y satélites para llegar al lugar establecido, en las fechas previstas y con el menor consumo de combustible.
Sus programa informático Copérnico también serán aplicados también para guiar el vehículo espacial Orión hacia la Luna. Esta nave sustituirá al transbordador espacial para convertirse en el vehículo primario de la NASA para la exploración espacial humana.
Este investigador, radicado en Texas, donde vive con su esposa Pilar Restrepo y sus dos mellizas , sigue de cerca el conflicto interno en Colombia. “He decidido luchar por los derechos humanos y por los sectores más desprotegidos de mi país que los indígenas, los afrocolombianos y los campesinos”. También está interesado por mejorar el sistema educativo de Colombia.