La capital ecuatoriana pasará de los picos de rayos UV, que
obligan a la gente a buscar sombra, a los aguaceros. Estos días, según el Inamhi, empezará la época de transición. Históricamente, en octubre arranca el invierno. Para esto, 230 obras se han llevado a cabo en Quito para reducir el impacto de la época invernal que se avecina.
En la anterior temporada lluviosa, desde octubre hasta julio, ocurrieron 993 emergencias relacionadas con el temporal. El objetivo es que este año la cifra sea menor. Para ello, la clave ha sido la prevención.
Juan Zapata, secretario de Seguridad, dice que en el invierno anterior se identificaron 23 puntos conflictivos, por lo que durante este verano se realizaron trabajos allí para minimizar los riesgos. En manos de la Secretaría de Seguridad estuvo la construcción de 11 grandes obras en sectores como El Rosario, El Tejar, San Salvador y La Argelia, que demandaron USD 2,2 millones.
Una de las zonas más afectadas el invierno anterior fue El Calzado, donde 40 casas quedaron en riesgo por el crecimiento del río Machángara. Actualmente se construyen canales de desvío, estructuras de disipación en el afluente y estabilización de taludes.
Zapata asegura que entre las adquisiciones más importantes estuvo la nueva maquinaria para intervenciones de emergencia (dos retroexcavadoras, dos volquetas y una miniexcavadora), por un monto de USD 435 000.
Cuando llueve, las laderas y alcantarillas se llevan la peor parte, por lo que la intervención en el sistema colector es clave. Fabricio Zambrano, subgerente de Saneamiento de Agua de Quito, explica que este año la empresa realizó 217 obras de prevención y corrección. La inversión fue de USD 7 millones, de los cuales, el 50% se destinó a la reparación del sistema de alcantarillado.
En el invierno anterior se abrieron dos grandes huecos en la ciudad, esto alarmó a la gente: uno junto al estadio Atahualpa y otro en el barrio Ana María. En ambos sectores se realizó una reparación profunda de los colectores.
Se limpiaron 95 000 sumideros y 166 estructuras de captación en quebradas donde se inicia el sistema de alcantarillado. Se trata de una especie de filtro de retención de sólidos que evita que llantas, electrodomésticos, animales muertos y más elementos terminen en los colectores.
Para el Plan Lluvias de este año, de Agua de Quito, que será lanzado en octubre, el presupuesto subirá a USD 26 millones y contempla la construcción de cuatro colectores.
Además, USD 700 000 se destinarán a la adquisición de un equipo de inspección televisiva. Gracias a estos aparatos, se detectaron cerca de 4 km de colectores con inconvenientes, que requieren rehabilitación, de los 892 km que hay en la ciudad.
Aún hay zonas que piden más atención. Sandra Díaz, quien vive en La Esperanza, asegura que en cada invierno el río Monjas crece y se lleva parte de la ladera sobre la que se asienta su casa. Hace seis años, una mediagua se desplomó´. Espera que las autoridades intervengan, antes de que ocurra una desgracia.
Fernando Alba, dueño de una lavadora ubicada en La Ofelia, donde hace dos años y medio el agua subió casi hasta los tres metros e inundó la propiedad, cuenta que el problema no se ha solucionado. El invierno pasado volvió a inundarse, aunque en menor proporción. ‘Esta vez no ha venido el carro que limpia las alcantarillas, por lo que están llenas de basura, tierra y escombros’, sostiene.
Zambrano aseguró que este año se hizo una rehabilitación de las redes de las calles Las Lagunas y Agua Clara, para evitar inundaciones en La Ofelia, así como en la red de la calle La Esperanza, y que los resultados de estas intervenciones se verán durante las lluvias.
La Plataforma Financiera también se vio afectada el invierno pasado. El edificio, apenas inaugurado, se inundó. El agua ingresó al primer piso y a los subsuelos. Para evitar que se repita, el próximo año el Municipio construirá un colector de alivio, con una inversión de 3,5 millones que beneficiará al sector de la Y, Naciones Unidas y 10 de Agosto.
Para Gabriel Cortez, jefe de seguridad de la UDLA, las obras de mitigación son claves para disminuir el riesgo, pero no son suficientes, por lo que la ciudadanía también debe involucrarse.
Acciones como limpiar el patio y el frente de la casa para mantener los desfogues limpios pueden evitar desgracias. Lo ideal es que se elabore en casa un plan de emergencia, y se lleven a cabo obras como revisar el terreno, las paredes y techos.