Los usuarios de la vía Pallatanga-Cumandá deben cruzar por un paso provisional para ir a la Costa o a la Sierra, mientras se repara la carretera que fue destruida por el invierno. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Con sus maletas al hombro y una cobija para soportar el frío del páramo, los pasajeros de un bus de la Cooperativa de Transportes Colta caminaron por un estrecho puente de madera para llegar al otro extremo de la vía Riobamba–Guayaquil.
En el sector de Chalguayaku, situado en los límites entre los cantones Pallatanga y Cumandá, en Chimborazo, el paso continúa cerrado. El 25 de febrero pasado, el colapso de una alcantarilla causó el hundimiento de un tramo de la vía y repararlo tomará entre cuatro y cinco meses.
Por eso los viajeros optan por el trasbordo para movilizarse entre estas dos ciudades. Los buses llegan desde la Costa y la Sierra hasta ambos extremos de la carretera. Luego, deben caminar por un sendero estrecho.
Otra opción es viajar por dos vías alternativas. La primera se inicia en el sur de la provincia, en Alausí, y conecta a Huigra con Bucay. La otra es la Riobamba-Guaranda–Babahoyo. Pero ambas vías también presentaron problemas debido al efecto invernal.
“Me demoro ocho horas en viajar de Riobamba a Guayaquil, pero tengo que hacerlo. Mi trabajo depende de eso”, contó Mónica Vinueza, una de las viajeras.
Para el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, solucionar el paso en la vía principal es una prioridad, por lo que asignarán entre USD 1,3 y 1,5 millones presupuestados para emergencias, en una nueva estructura de hormigón y vigas pretensadas que se colocarán sobre un espacio de unos 500 metros.
Esta obra se realizará con estructuras prefabricadas, a doble jornada de trabajo y con más maquinaria para agilitar su construcción. La meta es iniciar los trabajos del nuevo puente antes de que concluya abril y terminarlo en cuatro meses. “Ahora nuestra prioridad es habilitar el paso con una solución temporal mientras concluimos las obras de rehabilitación”, explicó Ricardo Paula, director del MTOP en Chimborazo.
La colocación de un puente bailey sobre el badén del río Charguayaku fue la decisión tomada por los técnicos de esa cartera de Estado con el fin de habilitar el paso unidireccional sobre la vía. Sin embargo, el invierno fuerte complicó las tareas en el sitio.
Para instalar el puente se debía estabilizar el badén en ambas orillas, desviar el cauce del río y rellenar otro tramo.
Pero las fuertes lluvias en la parte alta del cerro y el paso constante de los vehículos por una variante -a 10 metros del tramo destruido– que se adecuó para no interrumpir el tránsito en su totalidad impidieron a los obreros usar la maquinaria por el peligro.
“Una de nuestras máquinas estuvo en riesgo y una plataforma se estropeó por la fuerza del agua. Eso nos dio un alerta sobre lo que podía ocurrir con el río, por eso decidimos tomar más medidas de seguridad”, indicó Paula.
La instalación del puente de 39 metros de largo, que soportará un peso de hasta 40 toneladas y permitirá el tránsito unidireccional, se inició el lunes pasado y se espera concluir hasta este sábado.
Se informó a los viajeros que pueden optar por las vías alternas, pero estas también presentan complicaciones.
En la vía Huigra–Piedreros–Guayaquil, hubo siete deslizamientos de tierra el domingo pasado y limpiarlos tomó cerca de 16 horas de trabajo arduo. Intervinieron el Municipio de Alausí, la Prefectura de Chimborazo y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
Esta carretera está disponible solo para vehículos livianos y movilizarse desde Riobamba hasta Guayaquil implica un recorrido de unas cinco horas. “El problema con esa carretera es que es insegura. Los derrumbes son frecuentes y nos contaron que hay muchos asaltos, por eso preferimos no arriesgarnos”, contó Pablo Sinaluiza, un conductor que esperaba que se abriera el paso por la vía principal.
La otra opción es la vía Guaranda–Bucay. Pero en el sector de Balzapamba también se registró un derrumbe que impidió el paso por cerca de nueve horas. Esta carretera está disponible solo para vehículos pesados. “Nos está causando muchos problemas la vía dañada. Incluso se incrementaron nuestros gastos operativos porque el recorrido es más largo”, dijo José Piunduisaca, conductor de una unidad de transporte interprovincial.