José Salas Valdiviezo se convierte entre diciembre y enero en una galería de arte al aire libre. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Cambió el óleo por pintura esmalte para autos. Y multiplicó diez veces del tamaño de la obra original.
El cerramiento de la casa de José Salas Valdiviezo se convierte entre diciembre y enero en una galería de arte al aire libre. Ese lienzo, ubicado en las calles Medardo Ángel Silva entre la 15 y la 16 -en el suburbio guayaquileño-, se tiñó ahora con La noche estrellada, del pintor postimpresionista Vincent Van Gogh.
“Siempre elijo artistas con un enfoque personal del arte. Trato de escoger artistas que tengan ese quiebre sutil que los diferencie de los demás, esos rasgos que los identifiquen”.
Esta es la cuarta obra de arte que Salas incorpora a la ruta de los monigotes gigantes del Suburbio de Guayaquil, que se podrá visitar hasta el próximo 12 de enero de 2019. Este tecnólogo en Artes Visuales, que cursa el último año en la Universidad de las Artes, comenzó su tradición con El Grito, de Edvard Munch.
En el 2016 se inspiró en Vladimir Kush y su Sonata africana. Y en el 2017 el cartón dio forma a El beso, de Gustav Klimt.
“Sentí la necesidad de difundir el arte, para que sea apreciado; el arte, a través de la historia, ha sido propulsor de grandes cambios. Además, usualmente, los artistas no son conocidos en todos los estratos sociales. Esto ayuda a comprender que el arte es para todos”.
Su actual creación mide cinco metros de alto por siete de ancho. Se levanta en medio de otros gigantes de la cuadra, entre ellos Los Pitufos, El rey escorpión y Monsters, Inc. (las figuras del cine y la TV predominan a la hora de confeccionar monigotes monumentales en el Suburbio).
Con papel y almidón, Salas incorporó un efecto de alto relieve a las pinceladas en espiral de la obra genuina de Van Gogh, pintada a mediados de 1889, casi un año antes de su muerte.
“Trato de rescatar el origen de los monigotes gigantes. Cuando empezaron a hacerlos eran de caña, papel, cartón y almidón. No me alejo de esos materiales para mantener viva la tradición”.
Sala ya piensa en su próximo diseño. Por ahora solo adelanta que se inclinará por Salvador Dalí. “Su pintura es más desafiante y siempre trato de incrementar el grado de dificultad para crecer como artista”.
35 gigantes son parte de la ruta
La ruta de los gigantes cuenta este año con 35 creaciones, de entre tres y diez metros de altura. La Empresa Municipal de Turismo de Guayaquil habilitó dos circuitos para que los visitantes puedan recorrer las parroquias Febres Cordero, Urdaneta y Letamendi.
Este año, por primera vez, el Cabildo entregará reconocimientos a estos monigotes. El primer lugar ganará USD 4 000, el segundo lugar, USD 2 500; y USD 1 500 para el tercero.
Los monigotes que se exhibieron en la avenida Malecón Simón Bolívar, el pasado 31 de diciembre de 2018, también fueron premiados por el Municipio. Esta fue la décima edición y acogió a 75 artesanos de los sectores Mapasingue, Suburbio, Guasmo, calle 6 de Marzo, Durán, Daule y Bastión Popular.
El primer lugar fue para El infierno de Dante, de Juan José Jaramillo; él obtuvo USD 3 000. El segundo lugar fue para Lenín Mera con su monigote 150 km/hora. Y el tercer puesto fue para Franklin Agreces con La casa de los espantos.