Redacción CulturaMás allá de que Malva Malabar y Simoné Bernardette se preparan para el montaje de un texto de Tenesse Williams, en ‘Exododedosexos’ no se sabe realmente qué va a ocurrir. La causa de esta sensación: los personajes siempre están esperando… Es la espera, en un camerino, minutos antes de la función (o de cualquier otro momento en sus vidas), la que define el contexto. Esta pieza teatral recibe al espectador en medio de la representación y descubre a dos hombres ‘transformándose’. Desde ahí se crea una atmósfera donde se experimenta por igual sobresalto y sosiego. Es el vaivén el que marca el ritmo. La sensación proviene desde los personajes, dos travestis. Los dos viven entre el ser y el parecer, le dan un sentimiento a una máscara, elaborada con base de iluminador, sombras, brillo y labial. Una máscara que los cubre, pero que los revela al mismo tiempo. Malva Malabar (León Sierra) y Simoné Bernardette (Xavier Sánchez) se miran en el espejo y entre ‘ellas ‘ se reconocen, se muestran y se burlan de sí mismas. En la actuación se notan altibajos (dicción y presencia escénica). Sin embargo, alternan improvisación y rigor con el texto de Juan Carlos Cucalón. Incluso se podría decir que en el titubeo persistente y la equívoca dicción aportan a la sensación de suspenso. Juegan también con las bromas simples a los ‘gay’ y reflexionan con humor. Ese tratamiento doble también se muestra en la puesta en escena, dirigida por Martín Miguel Vaamonde. Sobre un escenario prácticamente desnudo (solo hay dos sillas y una mesa con el maquillaje), el montaje juega con el falseo en la interpretación.El texto de Juan Carlos Cucalón está construido con inteligencia, matices tragicómicos y parlamentos directos, como para reír sin miedo pero sin caer en la carcajada fácil. Y si bien, el texto escrito es el único registro del teatro, ‘Exododedosexos’ adquiere mayor fuerza en su representación.Completan la pieza una música que adquiere significación en consonancia con el diálogo de los dos personajes. El espacio escénico sufrió modificaciones a causa de la inundación del Studio Theater de la Aso. Humboldt. Pero la obra se presenta en la Sala Goethe de la misma institución, donde permanece en temporada.