Ciudadanos de diferentes sectores y extracciones han comenzado a expresar su firme rechazo al esquema autoritario y neo marxista que se pretende implantar en el Ecuador. Sin instituciones que puedan mediar y catalizar los conflictos sociales, el Ecuador enfrenta un grave riesgo de colisiones violentas con derivaciones insospechadas.
En estos momentos es necesario detenerse y reflexionar con serenidad el sentido de los actos y sus objetivos. Por ello, se hace necesario analizar la propuesta de revocatoria de mandato lanzada por el ex periodista Carlos Vera y medir sus implicaciones.
Carlos Vera ha sido un periodista sagaz pero marcadamente visceral. Eso le ha llevado a tener relaciones políticas de amor y odio y a colaborar y romper con gobiernos de tendencias diversas. Fue uno de los principales artífices del triunfo de Rafael Correa y Alianza País y, sin meditar en las consecuencias obvias para el sistema institucional, defendió con pasión la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente de Montecristi y la construcción de un nuevo aparato político marcado fatalmente por la lógica autoritaria.
Quisiera pensar que esta vez Carlos Vera ha extraído lecciones de los errores que todos cometemos y que está dispuesto a dar pasos firmes y serenos sin interferencia de las vísceras.
Los graves problemas que vive el Ecuador no terminarán con la revocatoria del mandato del Presidente y la elección de un Carlos Vera u otro personaje como el nuevo Jefe de Estado. El problema de la Nación es la ausencia de instituciones políticas que garanticen plenamente derechos y libertades. Cambiar un Mesías por otro solo agravaría el estado de anomia que afecta a la sociedad y que impide su progreso.
Es indispensable reconstruir las instituciones políticas y el equilibrio de poderes. Eso pasa por la revocatoria del mandato de la Asamblea Nacional y no del Presidente. Adicionalmente, existen temas prácticos. La solicitud de revocatoria de la Asamblea debe respaldarse con el 10 por ciento de personas inscritas en el registro electoral mientras que para el caso del Presidente se requiere un 15por ciento. Se debe considerar, además, que a diferencia de la revocatoria del mandato del Presidente, que exige una mayoría absoluta de los sufragantes, la revocatoria del mandato de la Asamblea necesita tan solo la mayoría absoluta de votos válidos.
La política nacional no puede continuar bajo el influjo de pasiones personales desenfrenadas. El derecho del ex periodista Carlos Vera Rodríguez a optar por la Presidencia de la República conlleva su obligación de explicar su pensamiento político, económico y social y presentar una propuesta que vaya más allá del recambio caudillista.