Olga Imbaquingo, Corresponsal en Nueva York.
Después del ataque terrorista fallido en Navidad y de la muerte de siete agentes de la CIA en Afganistán, hay la sensación de que EE.UU. está perdiendo la guerra en contra del terrorismo. ¿Cree que así es?
Esta guerra es un esfuerzo de largo aliento. Si vemos que los ataques continúan no es positivo y no se refleja el empeño que está poniendo EE.UU.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Es analista del Center on Global Counterterrorism Cooperation de Washington, ha participado en varios libros sobre terrorismo.
Su punto de vista. Obama tiene una estrategia similar a la de la administración Bush. Solo cambian los matices.
¿Considera que la estrategia de Obama es ingenua?
No la llamaría ingenua. Si se compara y se contrasta esta con la del ex presidente George W. Bush no se ven muchas ni sustanciales diferencias. El estilo de Obama es de más diálogo, de consulta y de mayor comprensión sobre el terrorismo. Tomó decisiones como el cierre de Guantánamo y empeñó su palabra de que no se torturará a los sospechosos de terrorismo. En términos de operaciones antiterroristas en seguridad, Inteligencia y militar hay mucha semejanza. Obama pone más énfasis en el diálogo y la diplomacia y esto es válido también.
¿Entonces por qué existe una agresiva crítica, en particular de los republicanos?
Esto es parte del juego político. Muchos de los detenidos que provienen de Yemen fueron liberados durante la administración de Bush, quien además fue el primero que ofreció cerrar la base. Obama está continuando la labor. El atentado que no llegó a ocurrir en Detroit no es una falla de la estrategia sino operativa.
Para los musulmanes esta no es una guerra en contra del terrorismo sino contra el Islam. ¿Que debe hacer Occidente para demostrar que no es un combate religioso?
Obama ha dejado claro que no es una guerra religiosa, también está obviando el uso de cierta terminología contra el terrorismo. No sé qué tanto esto cambie la percepción del mundo islámico, pero EE.UU. y sus aliados deben tomar en cuenta ese sentir.
¿Por qué se tiene la percepción de que la estrategia de EE.UU. en la guerra contra el terrorismo se focaliza en Afganistán, cuando los extremistas están
distribuidos en muchas partes?
EE.UU. está en más áreas que en Afganistán. El conflicto en ese país genera más titulares, porque llegamos allá y hay la idea de terminar lo empezado, que no solo es luchar contra Al Qaeda sino ayudar a reconstruir la nación. Allá tenemos dos misiones centrales: estabilizar el país y combatir el terrorismo, estos son dos objetivos separados. Y además Washington está involucrada en la guerra contra el terrorismo en Yemen, en Somalia, en el sur de Asia. Afganistán es el más visible de estos esfuerzos.
¿La única respuesta para eliminar Al Qaeda y su ideología de odio es militar?
No. Lo militar debe ser solo uno de los ingredientes de una amplia y exhaustiva estrategia en Afganistán y en otros lugares. Lo militar es el elemento para crear un ambiente de seguridad que facilitará otros objetivos como el desarrollo y la reconstrucción de un Gobierno que dé derechos sociales a su población. Esos elementos son esenciales y se pueden lograr si se elimina el terrorismo, por eso es necesario acabar con el liderazgo de Al Qaeda.
¿Podría ser un componente un tratamiento más equilibrado hacia Palestina?
Ciertamente sí. Resolver las condiciones que ayudaron a expandir el terrorismo, como el conflicto de Medio Oriente y otras disputas como en Chechenia, es muy importante. El terrorismo no solo nace por el asunto del Medio Oriente, pero mientras exista el enfrentamiento Israel-Palestina será una fuente que alimentará ideas radicales.
¿El aplazamiento del cierre de Guantánamo es otro signo de que la administración está replanteando su estrategia antiterrorista?
La conexión de Yemen con el último atentado fallido y el hecho de que casi la mitad de los detenidos en Guatánamo viene de ese país pone a consideración el plazo del cierre. Guantánamo y Abu Ghraib han herido increíblemente a EE.UU. en sus esfuerzos contra el terrorismo.
¿Cuáles serían algunas de los caminos a tomar para encapsular el terrorismo; da la impresión que no se puede ganar, pero tampoco se puede perder?
Esto es un problema persistente que quizá podremos mitigar pero no eliminar. Haríamos un buen trabajo si logramos mantener a las aerolíneas lejos de ser objetivos de los terroristas, se pueden obtener otros logros, sin dejar de reconocer que esto va a ser una constante.