Redacción Política
El ex diputado Diego Ordóñez renunció a la presidencia de la Unión Demócrata Cristiana. Lo hizo ante la imposibilidad de levantar al partido de la ex flecha verde, “después del devastador gobierno de Jamil Mahuad” entre 1998 y 2000.
En una carta dirigida a los miembros del Consejo Directivo Nacional, Ordóñez -quien asumió una diputación tras la destitución de Carlos Larreátegui por parte del desaparecido Tribunal Supremo Electoral en 2007- se lamenta de las condiciones en las que se encuentra esa agrupación política.
“Debo confesar con franqueza que siento que ese esfuerzo (los intentos por recuperar el partido), a veces tan severamente criticado y probablemente con razón, fue inútil. En las urnas, que es donde se consagran o desarman proyectos políticos, se ha concluido que no tenemos espacio”, escribe en la renuncia.
También comenta que “poco o nada queda por recuperar del partido”. “Me estoy retirando de la presidencia del partido, pero no he renunciado a mis convicciones políticas”, dijo.
Por esta razón, no descartó la posibilidad de, a futuro, organizar una nueva agrupación que irrumpa en el escenario político nacional. Tras la renuncia de Ordoñez, quien fracasó en su intención de llegar a la Asamblea, esas funciones fueron asumidas por Sandra Alarcón (de Manabí). Ella permanecerá en esas funciones hasta que se produzcan nuevas elecciones internas.