Anita Gualancañay (cuarta desde la izq.), Gisela Ushca, Viviana Allayca, Viviana Orozco y Tania Conduri. Foto: Raúl Díaz para EL COMERCIO.
En la antigüedad, según la cosmovisión andina, las ñustas eran un personaje espiritual que simboliza la conexión del ser humano con los elementos sagrados, pero en la actualidad son el equivalente indígena de las reinas de belleza.
En Chimborazo, cinco jóvenes ostentan ese título y fueron elegidas en un certamen similar al de los reinados mestizos. Las ñustas tienen la misión de visibilizar a las mujeres indígenas de sus pueblos y promover la interculturalidad.
Las reinas indígenas no usan tacones ni pestañas postizas; sus rostros se muestran casi sin maquillaje y en los eventos especiales visten coloridas blusas bordadas a mano, un anaco negro y un sombrero de lana de borrego. “Esta es nuestra ropa originaria, la llevamos con orgullo para que otras jóvenes sigan el ejemplo y no se avergüencen de su ropa autóctona”, dice Anita Gualancañay, de la comuna Nitiluiza, ubicada al sur de la provincia.
A sus 21 años, Gualancañay dedica sus tiempos libres a trabajar por los jóvenes con cáncer. Ella es voluntaria activa de varias organizaciones que realizan este tipo de obra social; también estudia contabilidad y auditoría en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo.
La joven utiliza una banda escarchada que dice ‘Ñusta Warmi 2014’, pero hasta la semana pasada desconocía el significado de su título según la cosmovisión andina. A ella la eligieron después de que modelara en una pasarela y respondiera una pregunta frente al público.
Para Basilio Pomaira, investigador andino y docente del Instituto Jatun Yachay Wasi, esa es una tergiversación de lo que representan las ñustas andinas. “Las ñustas no tienen nada que ver con la belleza física, por eso no deben ser elegidas en una pasarela”.
Según sus investigaciones, antes de la invasión Inca, las ñustas eran elegidas de acuerdo con las habilidades y conexión con los cuatro elementos sagrados que demostraban tener desde su infancia. Se elegía a la ñusta Yaku (Agua), la ñusta Wayra (Viento), la ñusta Nina (Fuego) y ñusta Alba (Tierra).
Las mujeres elegidas eran preparadas espiritualmente por los yachaks de cada pueblo y su responsabilidad era interactuar con los cuatro elementos para poder predecir el tiempo de lluvias para las cosechas o pedir los favores de la tierra.
“Estamos preocupados por la tergiversación con que se mira en la actualidad a las ñustas andinas, pretenden elegirlas basándose en parámetros iguales a los de los reinados mestizos como la estatura y el modelaje”, afirma Juanita Chicaiza, directora de la Agencia de Modelos Awkis y Ñustas.
Ella inició un proyecto junto con las organizaciones indígenas para revalorizar la figura de la ñusta y difundir el significado de este personaje según la cosmovisión andina.
Las cinco jóvenes indígenas se reúnen periódicamente con las reinas de las ciudades e instituciones para capacitarse sobre temáticas interculturales y planificar proyectos.
Gisela Ushca, de 18 años, fue elegida ñusta de su comunidad San Juan, a 15 minutos de Riobamba. “Las ñustas al igual que las reinas de las ciudades hemos sido mal interpretadas. Nuestra imagen se usa para difundir atractivos turísticos y las fiestas, pero ahora comprendemos que nuestra misión es más importante”.