Redacción Negocios
Un mercado que creció a una tasa promedio anual del 12% entre 2000 y 2008, y que ha pasado de trasportar 1,2 a 3 millones de pasajeros en las rutas nacionales, está en la mira de cuatro aerolíneas nacionales.
Tame, Aerogal, Ícaro y Lan saben que la competencia será con mejores servicios y menores tarifas. Por eso modificaron estrategias y están renovando sus flotas.
El Decreto Ejecutivo 1405 puso el toque de presión, obligando a las empresas a invertir en aviones de nueva generación y amigables con el ambiente.
En las últimas semanas, las aerolíneas han concretado varias compras. En el caso de Aerogal, su presidenta ejecutiva, Gabriela Sommerfeld, confirmó que ya están en el país dos nuevas aeronaves Boeing y que cinco Airbus llegarán antes de fin de año.
“Hemos invertido USD 70 millones para el recambio, con financiamiento de la Corporación Financiera Nacional (CFN). Pese a que nuestro negocio no ha crecido como esperábamos, hemos vendido un 10% más que en 2008, alimentado, eso sí, por la ruta que hacemos a Miami”.
Aerogal cuenta con una flota de 11 aviones y las naves que llegaron reemplazarán a los Boeing antiguos. Además, Sommerfeld aseguró que antes de que termine el presente año inaugurará la ruta entre Quito y Nueva York.
Por su parte, Tame moderniza su flota de ocho aviones y prepara la incursión en nuevos mercados para hacer rentable el negocio.
Para ello ha invertido USD 120 millones en la compra de cuatro aviones Airbus bajo la modalidad de leasing (pago de arrendamiento con opción de compra).
“Los tres Airbus ya están en el país y el cuarto llegará el 25 de julio. Con ello aumentaremos las frecuencias, especialmente a Manta y volaremos a Santa Rosa.
A fin de año iremos a Panamá y, posiblemente, a Sao Paulo”, aseguró el presidente del Directorio, Leonardo Barreiro.
Tame también ha firmado un convenio de código compartido con LAN para volar a Galápagos.
Esta última aerolínea empezó a competir en el mercado de vuelos internos, en abril pasado. Y movió el piso al resto de empresas cuando ofreció tarifas de USD 29 en los vuelos Quito-Guayaquil.
Según el presidente de LAN, Maximiliano Naranjo, “por ahora volamos con dos aviones a los cuales les sacamos el máximo provecho. Nuestro objetivo es atraer más turistas del exterior y que vuelen en nuestros aviones internamente dentro de Ecuador”.
Por su parte, Ícaro, adquirió cuatro aviones bajo la figura de ‘leasing’. Para ello se han invertido USD 25 millones, dijo su titular, Guido Saltos. También invertió 5 millones en un avión carguero.
“Con estos aviones que se suman a la flota (dos aparatos) volveremos a volar a El Coca, Loja, Cuenca y Esmeraldas e impulsar los vuelos chárter. En agosto llegará el primer avión, en noviembre el segundo y, los otros dos, a inicios de 2010. No son Boeing, no son Airbus, son una sorpresa”.
Testimonios de los usuarios
‘Lo que sí me molesta es la impuntualidad’
Mariana González / Catedrática
Viajo periódicamente a Cuenca y Guayaquil y es muy frecuente el atraso en los vuelos, especialmente los fines de semana. En muchas ocasiones son atrasos de menos de 10 ó 15 minutos, pero eso es lo que puede ser un problema. He optado por anticiparme a las horas de mis citas y llegar antes en otros vuelos.
‘Los retrasos a veces son lo que más me molesta’
Ramiro Jaramillo / Empresario
Entiendo que las aerolíneas están sujetas a una serie de situaciones imponderables como el clima, por ejemplo, que les obligaría a retrasar los vuelos. Sin embargo, sí me he encontrado en varias oportunidades con la desagradable novedad de que hay retrasos de hasta media hora y nadie explica por qué.
‘Cada minuto es valioso en mi agitado trabajo’
Juan Carlos Almeida / Vendedor
Cuando hay retrasos en los aeropuertos es mi peor pesadilla. Y es que cada minuto cuenta para mi actividad, ya que vuelo constantemente a otras ciudades para citas de negocios. Justificar que hay un retraso en los vuelos se ha vuelto tan común como justificar un atraso por culpa del tráfico en la ciudad.
‘El servicio está bien pero creo que puede mejorar’
Isabel Arteaga / Doctora
La verdad no he tenido mayores contratiempos. Vuelo un par de veces al mes y rara vez he tenido problemas. Como crítica, quizás, lo único que diría es que el servicio, en general, no es como en las grandes compañías. Supongo que también no se puede exigir mucho sabiendo que son rutas cortas de 30 minutos.