El mercurio de Chile, GDA
Como cambia el mundo cambian las formas de conocerlo. El turismo está dejando atrás a los viajeros destructores de los lugares que visitan, a los que solo piensan en divertirse y no les importa la realidad social del destino elegido o a los que viajan solo para tomarse la foto. Ante los cambios del mundo las nuevas tendencias del turismo proponen una nueva forma de conocerlo.
Tres opciones de viaje distinto
Los viajes gourmet los organiza Gourmet Globetrotting (www.globetrottinggourmet.com).
También hay agencias especializadas como Gourmet On Tour (www.gourmetontour.com).
Viajar y aprender es una opción que ofrece Exploritas (www.exploritas.org). La empresa se enfoca en viajes de instrucción, en áreas y destinos tan diversos como arqueología en Costa Rica, vinos en Francia o política exterior en Nueva York. O para cocinar, en www.cooking-vacations.com y www.foodvacation.com.
Las opciones para los volunturistas están en Gapwork.com, Madventurer.com y Earthwatch.com.Una de estas nuevas formas de descubrir lo desconocido es a partir de la comida. El turismo comprendido como gourmet globalizado aprovecha la baja en las tarifas aéreas. Esto permite partir por el fin de semana a comer a una capital gastronómica. Los estadounidenses vuelan a El Bulli, en Barcelona, pero a una escala menor también lo hacen los chilenos que viajan a comer a Lima.
Esto ha generado un mercado de agencias especializadas como Gourmet On Tour, que organiza viajes culinarios relámpago y también rutas más largas por restaurantes con estrellas Michelin o por regiones gastronómicas.
Con seguidores de todo el mundo en Facebook y Twitter, Gourmet Globetrotting comenzó con destinos clásicos europeos, pero hoy la tendencia es Asia, con China, Tailandia y Vietnam como principales locaciones. Si usted ya es experto, debiera partir a Laos, la última moda ‘foodie’.
El aprendizaje total, en medio de un viaje de turismo es otra tendencia. Ya no basta con ir a un lugar, hacer fotos y regresar. Los viajeros quieren vivir experiencias transformadoras y profundas. Y eso explica el auge de los viajes con talleres o con tutores muy especializados, muchos de ellos incluso ofrecen posgrados.
Bernardita Schulz pasó tres meses en India estudiando yoga con maestros reconocidos, en un régimen que incluía filosofía del yoga, sánscrito y mantras, y que la obligaba a levantarse a las 04:00.
Y la chef Verónica Blackburn cuenta que los pequeños cursos de cocina en Francia e Italia cada vez son más populares gracias al creciente número de empresas dedicadas a este segmento.
Probablemente ya ha oído de los viajeros del primer mundo que se interesan por ir a países en vías de desarrollo a turistear y a la vez ayudar a sus comunidades. La oferta es variada: buzo en el Caribe para catastrar especies marinas, entrenador de fútbol en Asia, asistente médico en África, ayudante en zoológicos en Argentina o en reservas naturales en el bosque lluvioso de América Central.
Ahora ha surgido una variante: el ‘volunturismo’ de lujo. Lo ofrece un número creciente de ‘resorts’ donde las habitaciones cuestan USD 400 ó 500 la noche, y parte de la oferta es salir a ayudar.
El Mandarín Oriental de Miami, por ejemplo, ofrece un paquete de dos noches en el que los turistas pasan una mañana removiendo plantas invasoras. Los programas van desde ayudar en comedores de barrio a participar en sesiones de musicoterapia para niños discapacitados.
Esta clase de ‘volunturismo’ también tiene sus detractores, quienes consideran que esta es solo una manera en que los viajeros ricos se liberan de sus culpas. Aunque sea así, para muchas organizaciones comunitarias constituye una gran oportunidad para conseguir potenciales donantes.