O Globo/GDA
De calles apenas iluminadas, inmuebles abandonados y ocupaciones irregulares surgen áreas reurbanizadas, capaces de atraer a inversionistas, turistas y habitantes. Eso, en las metrópolis de América Latina y del Caribe.
Casi dos décadas después del inicio de las obras que cambiaron definitivamente la cara de Puerto Madero, en Buenos Aires, proyectos de revitalización de zonas portuarias o de centros históricos continúan en alza.
Esa ha sido una de las principales acciones en las ciudades para movilizar sus economías y reorganizar el uso del espacio urbano.
Ciudad de México, Quito y Bogotá, que iniciaron los trabajos de reurbanización entre finales de los 90 e inicios de los 2000, aún planean otras mejorías.
En Río de Janeiro, la primera fase del plan Porto Maravilha comienza esta semana, con intervenciones en los barrios Gamboa y Salud.
En esta etapa, cerca de 22 000 personas deberán ser beneficiadas con las mejorías en la infraestructura de la región. Todo el proyecto carioca, que está dividido en dos fases, está presupuestado en cerca de USD 1 700 millones y deberá concluir en el 2015.
Inmediatamente después del inicio de las obras en Buenos Aires, en 1991, Bogotá comenzó a planificar el proyecto para reorganizar las dos áreas más antiguas de la ciudad. Los trabajos comenzaron en 1999, con la restauración de la región de Cartucho y San Victorino.
Cartucho tiene cerca de 20 hectáreas. En esta zona se concentraban los traficantes de armas y drogas. Con el proyecto fueron demolidos 860 inmuebles y se reubicó a 15 000 habitantes. Según la Policía local, por lo menos 3000 pobladores se dedicaban al tráfico de armas y de drogas.
Después de los derrocamientos se levantó una nueva ciudad. Se abrieron nuevas calles, comercios, viviendas, una ciclovía y un parque (Tercer Milenio).
En San Victorino, el Gobierno retiró el comercio ambulante que ocupaba las calles. En el área se habilitó una nueva plaza y está prevista la instalación de un Centro Internacional de Comercio.
En Bogotá continúa el plan para recuperar el centro. Hay la previsión de revitalizar 1 700 hectáreas más, con intervenciones en unos 2 000 edificios.
En Ciudad de México, el Centro Histórico fue parcialmente destruido por un terremoto, en 1985. El temblor generó que muchos habitantes abandonaran el área. En el 2001, el Gobierno inició un gran proyecto de intervención urbana para recuperar calles, parques y plazas.
Además, se organizó al comercio ambulante y las calles fueron iluminadas y adornadas. En los últimos años, un acuerdo con empresarios facilitó la creación de una fundación para incentivar el desarrollo inmobiliario.
La idea es atraer habitantes, en especial, a aquellos con posibilidades de pagar una renta entre USD 450 y USD 1 500. Pero hay proyectos también de construcción de viviendas para la población de bajos ingresos, en la zona norte del centro.
Para la urbanista Dayse Goes, los programas de revitalización de puertos y centros históricos siguen un modelo iniciado en las ciudades europeas, que contaban con pocos espacios públicos. También pasaron por un proceso de envejecimiento de las áreas más antiguas.
Según Goes, la ventaja del modelo es que consigue unir habitación, comercio y sistema de transporte en una única región.
En Río se había implementado un esquema de desarrollo americano, cuya regla era construir siempre en nuevos espacios, más distantes del centro.
Pero, con el tiempo, los administradores públicos percibieron que era muy caro expandir la infraestructura urbana y los servicios.
“Es así como surge un modelo que busca atraer a la población hacia el centro, que es también donde está parte de la historia cultural de la propia ciudad”, explica Felipe Goes, presidente del Instituto Pereira Passos (IPP) y miembro del Consejo Municipal de Desarrollo Económico.
El proyecto de revitalización de la Zona Portuaria de Río existe desde hace casi 20 años. Nunca salió del papel debido a trabas jurídicas y económicas. Muchos inmuebles en la región pertenecen al Gobierno federal.
Felipe Goes afirma que el modelo de revitalización tiene como parámetro al bonaerense Puerto Madero y a las obras en la región portuaria de Barcelona.
El funcionario cuenta que el Ayuntamiento quiere unir historia, habitación y nuevas oportunidades de negocios:
“Conocí el proyecto de Ciudad de México y Puerto Madero y lo que más me llamó la atención es la posibilidad de unir lo antiguo y lo moderno en un único lugar. Queremos eso en Río”.
Otro ejemplo es Barcelona, en donde el Gobierno consiguió atraer la iniciativa privada, que asumió la administración de algunos proyectos habitacionales.
“Queremos seguir ese modelo. La idea también es incluir edificios de departamentos, oficinas y alternativas de ocio”, indicó.
Mientras este plan se fortalece en Río, en San José de Costa Rica los proyectos de recuperación de áreas urbanas están enfocados en mejorías en los barrios del suburbio de la ciudad.
El plan consiste en la inversión de recursos para mejorar la infraestructura de las áreas más distantes del centro.
Se construyen nuevas aceras, parques recreativos y sistema de alcantarillado. El Gobierno pretende aún transferir recursos para 41 000 familias, con el propósito de que puedan comprar casas y reconstruir las que están a punto de desplomarse.