Redacción Tecnología
El frío, la altura, la humedad y los escenarios con escasa luz conspiran a la hora de tomar una foto.
En ocasiones, las condiciones climáticas son tan adversas que algunas personas posponen las tomas. Nunca será sencillo capturar una imagen en condiciones extremas, pero la tarea se facilita con las cámaras digitales diseñadas para funcionar en estas circunstancias.
Otros modelos
Este año Sony anunció dos nuevos modelos de cámaras Cyber-shot, la DSC-TX1 y DSC-WX1. Proporcionan avances sin precedentes de rendimiento en condiciones con poca iluminación. Incorporan el nuevo sensor Exmor R.
La firma Oregon diseñó un cámara especialmente para grabar momentos extremos, como cuando una persona decide lanzarse de una montaña en una bicicleta.
Una de las cámaras más resistentes al polvo y a la arena, según la revista PC Magazine, es el modelo PowerShot D10 de Canon. Es un aparato compacto que cabe en el bolsillo. Algunos modelos operan a temperaturas de 10 grados bajo cero, otros funcionan hasta 10 metros bajo el nivel mar.
Son equipos que resisten las más duras pruebas. Para Carmen Granda, especialista en tecnología digital, hay una tendencia a desarrollar equipos que superan casi cualquier obstáculo.
Advierte que la tecnología permite elevar la sensibilidad de las cámaras para que capturen fotos de alta calidad en ambientes de poca luminosidad. “Hay equipos que incorporan el doble de sensibilidad que las cámaras convencionales”.
Por ejemplo, el sistema de los sensores de imagen convencionales requiere que sus circuitos estén situados encima de los diodos sensibles a la luz. Desde el punto de vista técnico, esta ubicación limita la eficiencia lumínica del sensor.
En los nuevos sistemas, los fabricantes colocan circuitos detrás de estos diodos sensibles a la luz. De este modo, la nueva generación de cámaras digitales puede capturar más luz, logrando así el doble de la sensibilidad que otros equipos.
Para el ambateño Patricio Tisalema, quien ascendió a la cima del Everest, en solitario y sin oxígeno, hacer fotos en condiciones adversas es un desafío.
En el frío de la montaña, la duración de la batería se reduce de forma notable. Por eso, el andinista comenta que la tecnología también posibilita contar con los componentes de ion litio y cadmio que extienden la duración de las baterías.
“Durante la noche, a una altura de 6 400 metros, en el Everest, conseguí tomar largas exposiciones. Una vez dejé abierto el opturador de la cámara por un lapso de 20 minutos para tomar fotos del Everest con el movimiento de las estrellas”.
La cámara fotográfica que llevó Tisalema tomó las imágenes a 20 grados bajo cero. Gracias a este desempeño, el andinista capturó imágenes que considera únicas.
Tisalema apunta que hay muchas cámaras todoterreno que no aceptan las baterías de ion litio. Por este motivo, es necesario conocer al detalle las especificaciones técnicas de cada máquina. Este ambateño dice, además, que con el frío los componentes de las pantallas tienden a congelarse y, por lo tanto, no hay una buena conducción y la cámara pierde eficiencia. “Cuando se llega a temperaturas de cinco grados bajo cero, ya no trabajan con normalidad”.
Luis Corrales, PhD en Bioingeniería y profesor de la Escuela Politécnica Nacional, los equipos electrónicos, entre ellos las cámaras, tiene como enemiga a las bajas y altas temperaturas.
“Bajo estas condiciones cambian las características de los componentes electrónicos como los circuitos integrados, lo que provoca errores de operación”. Cuando una cámara se enfría o se expone a un ambiente húmedo tiende a empañarse. Para evitarlo, algunos equipos incorporan sistemas que disminuyen el empañamiento.
Así como hay cámaras que trabajan en temperaturas extremas, hay otras que funcionan bajo el agua. Corrales sostiene que para trabajar bajo el agua recurren a aleaciones de aluminio y policarbonatos que soportan grandes presiones. Este es el caso de la cámara, lanzada por Olympus que es sumergible hasta una presión equivalente a una profundidad de 40 metros.