El fascículo XVIII (capítulo XX) de La Revolución Quiteña circula hoy, sin costo, con este diario. Esta vez, las historiadoras Alexandra Kennedy Troya y Carmen Fernández Salvador escriben este ensayo: Imágenes para educar en la virtud y el patriotismo.
El texto se divide en estos capítulos: Imaginería patriótica, La influencia colonial, Imágenes religiosas en el siglo XIX: la educación del ciudadano cristiano; La historia y el arte público: construyendo la nación; y El centro de la cuestión nacional: la representación del territorio. Luego de que el Ecuador se independizó de la Gran Colombia, sus élites políticas y letradas empezaron a construir un imaginario visual que respondiera, como el resto de América Latina, a la creación de una nueva nación diferenciada de España y de las repúblicas vecinas.
La creación de una nueva iconografía -escriben las historiadoras- supuso un reto de carácter simbólico. Se trataba de erigir un altar patrio con imágenes. En estos primeros momentos de exaltado civismo se realizaron retratos de Sucre y Bolívar, y alguno que otro cuadro de batallas.