OBSERVACIONES
Manuel Jaramillo Córdova
Comentando el editorial del EL COMERCIO del 4 de junio: ‘Las acusaciones de Larrea’ el Ex-Ministro Gustavo Larrea, con la complicidad de los miembros del Congresillo, sin contar en el orden del día compareció y santificaron a su coideario, quien suelto de huesos ha manifestado que algunos periodistas trabajan para la ‘CIA’.
Su objetivo ha sido desprestigiar a la prensa, manchando la honra pero, como siempre, no da nombres peor pruebas. El ex Ministro ha aplicado un axioma de que “la mejor defensa es el ataque”.
Jamás aclaró si hubo vinculación entre el Gobierno y las FARC; no aclaró en qué país se reunió con Raúl Reyes, y si comunicó al señor Presidente.
La comedia organizada por el Congresillo fue para lavar la imagen del ex Ministro a fin de que vuelva a ser parte del ‘paraíso de Gobierno’, pero sin dar cuentas al país de sus vínculos con grupos oscuros.
Los políticos de izquierda por más de 50 años y en afán de notoriedad le culpan a la CIA de todos los males del país, pero estoy seguro que la CIA debe tener labores más importantes en el mundo que espiar a izquierdistas de cafetín.
Señor Larrea, esperamos los nombres de los periodistas que trabajan para la CIA o su afirmación quedará como otra calumnia.
SOBRE EL EDITORIAL ACERCA DE LOS MEDIOS
Lucía P. de García
A propósito del editorial del 2 de junio titulado ‘Advertencias a los medios’, ustedes critican al Gobierno por pretender descalificarles como críticos, y argumentan que “tienen como implacable juez a un público exigente que demanda rectificar, corregir y depurar noticias…” .
Qué lástima que esa demanda no la acaten ni ustedes ni otros medios, que creen que libertad de prensa significa sobrepasar límites sin tener que rendir cuentas a nadie.
Esa actitud es la que hace que muchos de sus lectores dejen de leerlos y otros busquen equilibrio, imparcialidad, veracidad, oportunidad en otras fuentes, donde, desgraciadamente, tampoco hay mucho que escoger.
La arrogancia de los medios es la que lleva al Gobierno a utilizar mecanismos que aclaren la verdad al pueblo, tales como informes y cadenas nacionales.
El pueblo, a su vez, busca el balance entre las versiones de los medios y lo que expone el Gobierno, es decir la verdad, de allí la gran sintonía de los enlaces que los sábados emite la Presidencia de la República.
Así como se pide mesura al Gobierno en sus alusiones a los medios, es necesario que todos los medios se hagan un autoexamen de conciencia y apliquen el propósito de enmienda, pues la deuda que tienen con la sociedad es inmensa y se acrecienta cada día.