El cartel con la imagen del Santo Padre comparte espacio con la de la santa de Nobol. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.
Una gigantografía con la imagen del papa Francisco da la bienvenida a los devotos que acuden a diario al Santuario Nacional Santa Narcisa de Jesús, epicentro de una de las mayores muestras de fe del país.
En el santuario, ubicado en el centro del cantón Nobol, reposan los restos mortales de Narcisa de Jesús Martillo Morán, beatificada en 1992 y proclamada santa por el papa Benedicto XVI el 12 de octubre del 2008.
El cartel con la imagen del Santo Padre comparte espacio con la de la santa de Nobol. Está colgado en la torre del campanario del santuario, inaugurado en 1998 junto al río Daule, en el sureste de la provincia del Guayas.
No es el único signo que recuerda a los fieles que llegan a este lugar sobre la visita del Sumo Pontífice. En las dos tiendas ubicadas en el complejo, dedicadas a la venta de recuerdos e imágenes religiosas, desde hace dos semanas se ofertan camisetas estampadas con la imagen de Francisco. Los devotos también pueden adquirir escapularios, estampas y llaveros de todo tipo con la figura del Papa. Además, desde el domingo 17 de mayo se instaló en la plazoleta adoquinada del santuario una carpa con artículos promocionales alusivos a la visita de Francisco.
Los fieles también son incentivados durante las liturgias a prepararse para la visita del Santo Padre. El padre Darwin Navia, vicerrector del santuario se muestra complacido con la acogida de los devotos. “Al finalizar la misa se les incentiva a los fieles a que se vayan preparando para la venida del Papa, en actitud de oración y rezando los distintos actos de piedad.”
El número de misas que se celebran a la semana no ha variado y el Rectorado del santuario aún no ha precisado si se incrementarán durante los días de visita al país del Papa. Las liturgias son tres de lunes a sábados; y cinco los domingos, a las 08:00, 09:30, 14:00 y la última a las 16:00. Lo que se ha incrementado es la asistencia de los fieles. “Las liturgias de los domingos son a reventar”, expresa emocionado el padre Navia.
Inicialmente levantado como un templo para alojar los restos mortales de Narcisa de Jesús, traídos de Lima, donde murió, en octubre del 2009 la Conferencia Episcopal Ecuatoriana lo elevó a la categoría de santuario nacional. El Rectorado del santuario estima que no menos de 2 millones de fieles visitan el complejo religioso cada año.