Redacción Sociedad
‘Tenia previsto regresar el 29 a Madrid. Pero ahora estoy en apuros porque no sé qué haré para llegar antes del 4 de enero, sino me despiden en mi trabajo.
La noche del martes me enteré por las noticias de que Air Comet se cerró. Apenas pude, viajé de Santo Domingo a Quito para ver si me ayudan en la Senami.
Si no consigo que me ayuden, compraré un nuevo pasaje en la otra aerolínea (Santa Bárbara). Cuesta 370 euros, pero no queda otra, ya que no quiero perder mi trabajo ahora que la situación está muy complicada.
Vivo desde hace 10 años en Madrid y soy jefe de equipo en una empresa de impermeabilizantes. Pero ni esa condición me garantiza que no pierda mi puesto si no llego a tiempo. Allá me están esperando mis jefes y mis dirigidos.
Vine junto con mi esposa, Angelita Bravo, y mis hijos, Darwin y Alexandra, para pasarme 28 días de vacaciones. Por una operación de mi madre me quedé más días y ahora estoy con este problema inesperado. Mi esposa y mis hijos, quienes ya regresaron antes a España, están tratando de ayudarme porque no quieren que me quede en la desocupación ahora que por la crisis está muy complicado conseguirse otro trabajo.
La situación del emigrante en España está muy complicada. Algunos compatriotas ya han agotado todo; les botaron del trabajo, se les acabó el dinero que les dieron por el paro (desempleo forzado) y el subsidio familiar. Están en muy malas condiciones. Por eso es que muchos optan por regresarse al país, ya que sin trabajo no vale la pena quedarse allá, peor si se llevaron a sus familias.
Nosotros emigramos porque con la dolarización nuestro negocio, un restaurante, se fue a la quiebra. En este tiempo la única salida rápida fue irse a España; escogimos ese país por la facilidad del idioma. Primero se fue mi esposa, luego yo y después les llevamos a nuestros hijos. Eva, la última, se volvió porque España no le gustó para nada.
Hace dos años obtuvimos la nacionalidad española, pero ni eso nos favorece ahora. Nos compramos un piso (departamento), pero hace dos años tuvimos que venderlo, incluso perdimos 50 000 euros con relación con el precio en que compramos. Lo que ahora ganamos es para pagar los 700 euros mensuales por el arriendo de un piso y para mantenernos. Todo está caro”.