Sylvana Prokop Investigadora de la FAO
La papa es un alimento versátil, tiene un gran contenido de carbohidratos y puede prepararse en una gran variedad de formas. Recién cosechada, contiene un 80 por ciento de agua y un 20 por ciento de materia seca. Entre el 60 y el 80 % de esta materia seca es almidón.
Respecto a su peso en seco, el contenido de proteína de la papa es análogo al de los cereales, y es muy alto en comparación con otras raíces y tubérculos.
No obstante, muchos temen consumirla porque se dice que engorda. En realidad, por sí misma la papa no genera aumento de peso, ya que su valor nutritivo depende de los otros alimentos que las acompañan y del método de preparación.
Lo más recomendable es prepararla al horno, que reduce en menor medida la pérdida de minerales que al hervirla o freírla. Cruda no debe ser consumida, pues los humanos no pueden digerir el almidón.