Mi sueño desde niño fue ser futbolista, pero a los 12 años tuve un accidente que me provocó una lesión torso lumbar. Tuve que dejar el fútbol a un lado. Para mí eso fue bastante traumático, por eso a los 15 conocí la música, la cual me ayudó a desahogarme.
Ahora tengo 20 años y soy el mayor de dos hermanos. Soy parte del ensamble de musical de la universidad. Al momento curso el último semestre de enseñanza técnica de guitarra clásica, en el Conservatorio Nacional de música. También estudio Auditoría en la Universidad Católica y estoy en quinto semestre.
Mi propósito en la vida estaba dicho: quería ser músico. Es por eso que mi inspiración es Dios. Él me permitió conocer la música y envolverme en ese mundo.
La música para mí es lo único que en un instante me llena. Con una sola obra, una pieza, tú puedes expresar y sentir a la vez. Es lo más hermoso que Dios creó.
Aun así pienso que no todos los que hacen música son músicos. Para eso debes prepararte y de verdad hacer una carrera con el talento que tienes. La carrera tiene muchas alegrías, pero duran poco. La mayoría del tiempo tú estás creciendo como músico y esforzándote por mejorar.
Creo que para todos los músicos no basta con tener experiencia como solista. Aunque una de las ventajas de la guitarra es que puedes interpretar todo vos solo, lo más lindo es compartir con otras personas y hacer música.
La edad no es un impedimento para crecer como artista.
En el futuro espero darles, mediante la música, una vida distinta a los niños de escasos recursos . Me encantaría poder transmitirles los conocimientos que yo he adquirido, más allá de ser un gran concertista.
Daniel Tito, 20 años
Guitarrista, Quito