Bogotá, ANSA
El jefe máximo de las FARC, Guillermo León Sáenz “Alfonso Cano” negó tener algún tipo de “contacto” con el gobierno de Álvaro Uribe para un posible acuerdo de paz, pero reiteró la posibilidad de abrir espacio a una eventual negociación.
Agregó que no son ciertas las afirmaciones del gobierno del presidente Álvaro Uribe sobre supuestas amistades o cercanías de su organización con los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez, y Ecuador, Rafael Correa, como suele deslizarlo continuamente Bogotá.
Además criticó el acuerdo que está por concretar Colombia con Estados Unidos para permitir el acceso de militares norteamericanos a siete bases locales.
Cano fue entrevistado por la revista Cambio, que le envió por Internet un cuestionario, y los dichos del jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) están en la edición del semanario que empezó a circular hoy.
“Siempre hemos pensado que nadie que ame realmente la patria puede desearle ese destino (la guerra), y por eso cada vez que ha sido factible hemos conversado con los representantes del estado en busca de construir acuerdos que lleven a la convivencia. No ha sido posible pero esto no nos lleva a desistir de tal empeño”, afirmó hoy Cano.
Y agregó: “hay que hablar, dialogar y ello significa espacio, garantías, medio ambiente, grandeza, tolerancia, voluntad y decisión”.
El jefe guerrillero advirtió que en caso de que haya un espacio para diálogos de paz “lo determinante son las garantías oficiales para un encuentro” de las partes.
Cano dijo, en referencia a Uribe, que “una salida civilizada al conflicto” no depende de la “voluntad de una persona, por poderosa que sea” y reiteró que “independiente de quién ocupe la presidencia, persistiremos en buscar salidas políticas al conflicto”.
En la víspera, el cardenal colombiano Darío Castrillón, presidente de la comisión pontificia Ecclesia Dei, declaró que recientemente sostuvo una conversación telefónica con Cano con quien habló de paz.
Cano criticó al gobierno por no permitir la entrega unilateral del cabo del ejército Pablo Emilio Moncayo y del soldado Josué Daniel Calvo, para lo cual las FARC exigen la presencia de la senadora de oposición Piedad Córdoba y del padre del suboficial.
Reiteró su gratitud al gobierno de Chávez por su medicación para la liberación de varios rehenes en poder de ese grupo y destacó la “admiración” de las FARC por “los objetivos bolivarianos del gobierno venezolano”.
Sin embargo, negó que sean ciertas las acusaciones de Bogotá sobre supuestos vínculos de las FARC con Caracas y Quito, supuestamente de pruebas obtenidas de los computadores decomisados a Raúl Reyes, segundo al mando de ese grupo y muerto en un operativo militar colombiano perpetrado en Ecuador.
Agregó que “no hemos entregado ni armas ni dinero a gobiernos u organizaciones de otros países, pues lo que conseguimos apenas nos alcanza para nuestra propia brega (lucha)”.
Sobre la supuesta financiación al presidente Correa se preguntó: “¨por qué habríamos de contribuir a la campaña electoral de una persona, como el actual presidente Rafael Correa al que ni siquiera conocemos?”, apuntó.
Finalmente dijo que los cohetes venezolanos hallados en poder de su grupo fueron “capturados” por esa organización en un
“enfrentamiento militar en la frontera” .