Redacción Negocios
¿Cómo ve usted la gestión realizada por la Marina al frente de Petroecuador en este tiempo? De acuerdo con sus datos, el año pasado se registró un incremento de la producción en 6,5%.
La Marina ya estuvo al frente de la actividad petrolera estatal en la época de la Corporación Petrolera Estatal Ecuatoriana (CEPE), pero su trabajo no fue trascendente. En gobiernos pasados, hubo excelentes técnicos que trabajaron en la actividad petrolera y que hicieron importantes hallazgos a nivel de reservas de crudo, por lo que no se puede desconocer su actividad en ese caso.
¿Por qué está aquí?
Su experiencia. Fue subgerente de producción de CEPE en 1980 y vicepresidente de Petroproducción en los años 1997, 2005 y 2007.
Su punto de vista. Este ingeniero petrolero afirma que la gestión de la Marina puso disciplina en la estatal, pero que hay desajustes en las actividades técnicas de la firma.
Entonces, ¿rechaza las aseveraciones de la Marina, de que se hizo poco en gobiernos pasados en Petroecuador y cuando era CEPE?
Posiblemente se ha implantado orden en la empresa. Pero no podemos aceptar en lo absoluto que se asegure que ha habido un mejoramiento de técnicas o de trabajo a nivel estrictamente petrolero. Estoy de acuerdo con que la Marina ha puesto orden en las filiales, pero no en el manejo técnico que se ha hecho en cuanto a la extracción de crudo.
Siendo vicepresidente de Petroproducción, cuando dejé la empresa en 2007, la producción de la filial estaba en 173 000 barriles. Al reemplazarme la Marina hubo una caída. En mi gestión operábamos con dos torres de perforación y cinco torres de acondicionamiento. En este momento se cuenta con 11 torres de perforación y 25 de reacondicionamiento.
Entonces, habría que analizar cuál ha sido el costo-beneficio de esa inversión.
El argumento de la Marina es que el incremento de la perforación de pozos ha permitido revertir la natural declinación de los campos…
Eso no es revertir. Lo que se está haciendo es reponer la producción. La declinación en los campos petroleros es inevitable, pero con mantenimiento adecuado sí se puede retrasar la caída de producción. En los campos ya no se puede hacer recuperación secundaria sino recuperación terciaria, que implica las condiciones internas de un reservorio.
La reducción del castigo o diferencial del crudo ecuatoriano, de más de USD 10 a USD 4 por barril, también es uno de los logros que ha destacado la administración naval. Ello se ha logrado con alianzas entre empresas estatales. ¿Cómo ve el tema?
Es una buena filosofía, los intermediarios siempre han sacado provecho de las ventas del petróleo. Pero esa estrategia es vieja.
Y si era tan vieja como usted dice, ¿por qué no se la implementó antes?
Sí se ha hecho. Si bien el castigo al crudo ecuatoriano ha alcanzado los USD 18, también es cierto que llegó a estar en USD 4.
¿Hace cuánto?
Hace unos seis o siete años. No recuerdo exactamente pero ha habido rebajas sustanciales. El evitar que los intermediarios negocien la compra y venta del petróleo directamente es una situación muy favorable para el país. Sin embargo, la filosofía de vender al consumidor final siempre fue recomendada.
Según ello, el diferencial únicamente se define por la oferta y la demanda. ¿Dónde calzan los intermediarios?
La curva del diferencial siempre ha tenido variaciones. Siempre se ha tratado de eliminar a los intermediarios, pero son muy poderosos a nivel mundial y no dejaban que el Estado negociara con el consumidor final.
Otro dato que la Marina indica en su informe de gestión es que se ha eliminado la diferencia entre la producción fiscalizada y la contabilizada en los campos. ¿Eso es positivo?
Hay cierta producción que es mal contabilizada. Siempre se trató de comprar tecnología especial para que haya una correcta fiscalización del crudo, pero los concursos para adquirir esos equipos siempre se declaraban desiertos con cualquier pretexto.
Asimismo, la Marina indica que con las nuevas disposiciones de que la misma empresa asuma la remediación de los derrames ha mejorado su control y se han logrado realizar trabajos importantes en las diferentes zonas afectadas…
Les felicito si ha sido así. Pero me temo que el peor derrame ocurrido en la etapa de la Marina ha sido el del campo Shuara 24, de agua de formación, por una negligencia técnica por parte de la empresa estatal venezolana Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
El agua de formación es veneno puro, tiene que ser reinyectada en los pozos para que deje de contaminar. Sin embargo, este es un proceso muy complejo a nivel químico.
Por otro lado, es cierto que había mafias en el sistema de Petroecuador, que cortaban las tuberías para que haya derrames y así tener trabajo para hacer las remediaciones. Es excelente si este delito se ha erradicado.
¿Cómo ve los acuerdos realizados por el país con las otras compañías estatales?
En realidad, lo único que está funcionando en estos momentos es la construcción de la Refinería del Pacífico. El resto de proyectos ha sido un verdadero fracaso. En el campo Sacha, por ejemplo, la compañía Pdvsa no ha hecho absolutamente nada. Mientras que en la isla Puná tampoco hay nada en concreto. Es más, yo hace tres meses ya sabía que no había nada en esos pozos.