La Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas calcula que cerca de 80% de la población venezolana vive en zonas de alta amenaza sísmica, es decir, la que se concentra en el nororiente, centro norte y occidente del territorio nacional. Por estas áreas se extienden cuatro sistemas de fallas.
Esa misma región, por su proximidad con el área costera, también recibe los coletazos de los huracanes y tormentas del Atlántico, que le dan más fuerzas a las precipitaciones locales. Lo que puede generar –y ha generado– inundaciones, deslizamientos y deslaves.
El principal organismo encargado de la administración de desastres es Protección Civil Nacional, que recibe información de Funvisis sobre los movimientos telúricos.
Lo ideal es que exista un protocolo para los desastres naturales que incluya a todas las instancias de gobierno. Sin embargo, la polarización política que hay en el país ha impedido que el Ejecutivo establezca una alianza sobre este tema en aquellas regiones donde gobierna la oposición.
Ángel Rangel, ex director general de la Protección Civil Nacional que actualmente es comisionado de Administración de Desastre de la Alcaldía Metropolitana (oposición), no se ha podido reunir con los delegados de PC de la Alcaldía de Libertador y Distrito Capital (oficialismo) porque estos se niegan a asistir a las reuniones.
“Es necesario que los organismos nacionales y municipales hayan planificado antes cómo trabajar de forma coordinada, pero eso no está sucediendo”, manifestó Rangel.