Los estudiantes de la sección preescolar de la Ludoteca confeccionaron 110 muñecos de trapo, para los afectados. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Las secuelas que dejó el terremoto del pasado 16 de abril no son ajenas para los niños ecuatorianos. Sin haber estado en las zonas afectadas, en las provincias de Manabí y Esmeraldas, los pequeños de otros rincones saben que esta tragedia dejó casas destruidas, personas sin alimentos y pequeños -como ellos- que se quedaron sin sus juguetes o, peor aún, sin sus padres.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés) alrededor de 150 000 niños se han visto “directamente” afectados por esta emergencia.
Ante esta realidad, estudiantes, docentes y padres de familia de Quito y del extranjero –Brasil, Argentina, Colombia, México, Uruguay y Costa Rica– se unieron para impulsar un proyecto de ayuda.
Este consiste en confeccionar muñecos de trapo y llevar un mensaje de solidaridad a los menores de edad de la zona costera afectada por el terremoto. La entrega se hará desde junio, a propósito de que en ese mes se celebra el Día Internacional del Niño.
Con esta iniciativa, promovida por la Red Solare Ecuador, se hará presencia y se estará junto a los niños que están en una situación de riesgo.
“Queremos dar una alegría y crear vínculos entre los chicos”, mencionó Carolina Rubio. Ella es una representante de esta asociación latinoamericana que defiende los derechos de los niños y que ahora enfoca su misión en Ecuador.
Para confeccionar los muñecos de trapo, en Quito, se unieron varios planteles. En la lista constan los centros de educación infantil Ludoteca, Rocotín y Piccolavita.
También, la Academia Cotopaxi, la Unidad Educativa Ángel Polibio Cháves y el Taller de Arte Carolina Vallejo.
Con retazos de telas, lanas, cintas, botones, hilos, plumón se diseñaron muñecas, peces, osos, gatos, burros, estrellas… Además se incluyó un mensaje escrito por los estudiantes de preescolar y primaria, que lo podrán leer los beneficiarios en las zonas más afectadas por el movimiento sísmico.
En promedio, son 1 000 muñecos, entre los confeccionados en Quito (700) y los que se enviarán del exterior (300), según la asociación.
Para el arribo de los segundos se está coordinando con una entidad pública.
Los muñecos que ya están elaborados se encuentran en el centro de acopio que funciona en el Centro Infantil Rocotín, en el norte de Quito.
Ahí se recibirán los últimos juguetes en el transcurso de esta semana, precisó María Rosa Cornejo, coordinadora de la institución.
Está previsto que los primeros muñecos artesanales se donen este 4 y 5 de junio en Canoa y Pedernales, en Manabí.
De forma paralela se llegará a San José de Chamanga y Muisne, en Esmeraldas. La entrega se efectuará de manera paulatina.
A las zonas afectadas viajarán voluntarios. Ellos realizarán actividades recreativas y artísticas dirigidas a los más pequeños.
Ahí los niños tendrán la oportunidad de confeccionar muñecos de trapo, para intercambiarlos con los menores que participaron de este proyecto. En Manabí y Esmeraldas viven 42 2 513 menores, entre cero y nueve años, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El proceso de elaboración de muñecos también sirvió para unir a las familias que participaron. Estos se hicieron entre padres e hijos. Los diseños fueron trazados en hojas por los niños, en sus aulas. Luego estas creaciones tomaron forma con ayuda de los adultos.
“Los niños están emocionados con los juguetes creados. Pero son sensibles ante la tragedia y están decididos a compartir con los más necesitados”, expresó Laura Asimbaya, directora del Centro de Educación Infantil Ludoteca.
Para Paula Montenegro, estudiante de preescolar que confeccionó una muñeca con ayuda de sus padres, los juguetes que se regalarán son mensajeros de paz que viajarán a la Costa para que los niños de allá ya no estén tristes.