Las fuertes lluvias en la Costa ecuatoriana han afectado 19 vías en el país. Foto: Cortesía
El calentamiento superficial del mar frente a las costas de Ecuador y Perú no ha estado influenciado por el fenómeno de La Niña Modoki, como se afirmó inicialmente cuando comenzaron las fuertes lluvias en las provincias de Manabí y Santa Elena, en la costa ecuatoriana.
Edwin Pinto, director de Oceanografía Naval del Instituto de Oceanografía de la Armada (Inocar), explica que a principios de enero del 2017 hubo un evento de La Niña, en el océano Pacífico, pero ya desapareció. “Este momento el (océano) Pacífico Central se encuentra en condiciones normales, por lo tanto, no se puede pensar que este fenómeno pueda ser causado por La Niña, porque ese evento no existe. Para que exista una Niña Modoki tiene que haber una Niña y eso no se ha dado”.
Infografía de la anomalía de temperatura superficial del mar desde el 22 de enero al 19 de marzo. Fuente: Instituto de Oceanografía de la Armada (Inocar)
Según el técnico, el evento de La Niña fue descartado en enero, porque pasamos a condiciones climáticas cercanas a lo normal. Igualmente, se debe tomar en cuenta que las lluvias fuertes arrancaron en febrero (sobre todo en Manabí), cuando ese fenómeno ya había sido descartado.
Según Pinto, las intensas precipitaciones que se producen en las provincias costeras del Ecuador están relacionadas con el anómalo calentamiento superficial del mar, que ha llegado hasta 29 grados, cuando lo normal es tener entre 25 y 26 grados. Ese aumento adicional genera los fuertes aguaceros, que coincide con la estación invernal.
Infografía de la temperatura superficial del mar desde el 23 de enero al 19 de marzo. Fuente: Instituto de Oceanografía de la Armada (Inocar)
Este calentamiento es un fenómeno local que solo afecta a las costas de Ecuador y Perú, por lo que queda descartada la presencia de un fenómeno de El Niño.
Esta influencia de la elevada temperatura del mar solo se produce sobre los territorios del Litoral, más no hacia la Región Interandina.
Tatiana Merino, técnica de la Dirección de Pronóstico y Alerta Meteorológica del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), indica que la inestabilidad climática (fuertes lluvias) que se tiene en las zonas andinas como Quito, Latacunga, Riobamba, Ibarra, Tulcán, Loja y otras ciudades se debe a la influencia de masas de aire húmedo que provienen de la cuenca amazónica brasileña. Ese evento atmosférico también incide definitivamente a las provincias amazónicas de Ecuador.
Esas masas provocan la formación de ‘nubes de mal tiempo’, que además de lluvias generan tormentas eléctricas, rayos, truenos y condiciones adversas, como los que se ha tenido en los últimos días en la capital ecuatoriana.