Roxana Cazco,
corresponsal en Madrid .
rcazco@elcomercio.com
Estefanía falleció en los brazos de su madre, Ruth Chamba. La mujer ecuatoriana acudió con su bebé dos veces al área de Emergencias de un hospital sin que los médicos ordenaran su ingreso.
Más detalles del caso
La niña fue velada en el Tanatorio de Fuenlabrada. Luego de ello fue enterrada en el cementerio municipal de la ciudad, en medio de dolor de sus familiares.
La Secretaría del Migrante no se ha pronunciado sobre el caso, aunque la familia espera recibir todo el apoyo posible.
Algunos periódicos y noticieros de la localidad española informaron de lo sucedido. Los habitantes de Fuenlabrada cuestionaron la actuación de los médicos del hospital local.
El hecho ocurrió el pasado miércoles 11 de noviembre en el Centro de Salud El Naranjo, en Fuenlabrada, un municipio a 22 km al sur de Madrid.
Estefanía cumplía 11 meses justo el día de su muerte y según su tía, Cathy Sanmartín, “era una niña alegre, vital, nunca se enfermaba, todo el barrio la quería”.
Cathy acompañó a su cuñada durante las largas horas de espera y preocupación desde que la niña enfermó. La noche del lunes pasado la pequeña empezó a vomitar y a tener diarrea. No durmió y se quejó durante toda la noche.
A primera hora del martes, la llevaron al Hospital de Fuenlabrada, donde le diagnosticaron una gastroenteritis. La madre había tenido los mismos síntomas durante el fin de semana y los médicos consideraron que le transmitió el virus. Le hicieron un análisis de sangre y no vieron nada fuera de lo normal. Le recetaron suero oral y la enviaron a casa.
Ruth le suministró la medicina en la sala de espera para comprobar el resultado. La niña siguió vomitando y la madre regresó con los médicos e insistió que la examinaran nuevamente.
“Pero no lo hicieron y me dijeron que con el suero le iba a pasar”, contó la madre.
Pero no fue así. En la tarde Ruth regresó otra vez al hospital y les contó a los galenos que la niña no paraba de vomitar y de hacer deposiciones líquidas. “Estaba débil, pálida y su cabeza no se sostenía sola. Además, no había comido en todo el día”, recordó.
Esa noche la niña tampoco durmió, los síntomas eran los mismos y se quejaba. La mañana del miércoles acudieron a urgencias del Centro de Salud El Naranjo. Pero no la podían atender porque otras personas también esperaban su turno para que las atendiera la pediatra. La niña falleció en la sala de espera del lugar.
La familia pidió que se iniciara una investigación judicial para establecer qué pasó realmente. Entre una de las hipótesis que los familiares de Estefanía sostienen es la negligencia médica.
Sin embargo, en el hospital de Fuenlabrada se asegura que los médicos “siguieron el protocolo”.
Los primeros datos de el examen médico forense revelan que la niña falleció por gastroenteritis aguda y también se estudia que se haya tragado su propio vómito.
“El primer médico que le atendió dijo que le iba a hacer un análisis del vómito para ver si la internaban. Pero con el cambio de turno llegó otra doctora a las 09:00 y nos comunicó que solo es gastroenteritis y que se fuera a la casa. Ruth dice que si ese médico se hubiera quedado más tiempo la niña se habría salvado”, comenta entre sollozos la tía de la bebé.
Ella insiste en que debieron ordenar el ingreso de la niña para su observación permanente.
El padre, Édgar Sanmartín, estaba en Barcelona recibiendo un curso de formación para su nuevo trabajo, ya que ha estado desempleado mucho tiempo.
“No estamos convencidos de nada de lo que han dicho los médicos involucrados. No me han dado ninguna explicación”, lamenta Édgar con la voz apagada. “Mi esposa está indignada con la actitud de los médicos”, afirmó.
Estefanía era la única hija de este joven matrimonio. Ambos ya viven durante ocho años en España, luego de que salieron del país, en busca de un mejor futuro para su familia.
Ruth trabaja de cajera en un supermercado y mantenía la casa.
La familia cuenta que por mucho tiempo quisieron tener una hija y que desde que nació se convirtió en el centro de sus vidas.