El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pronuncia un discurso durante una ceremonia de conmemoración del 26 aniversario de El Caracazo. Foto: AFP
El presidente Nicolás Maduro dijo el sábado que autoridades de Venezuela detuvieron a estadounidenses en actividades de espionaje y agregó que, para “defenderse”, su país exigirá visa a ciudadanos de Estados Unidos que planeen viajar a la nación sudamericana.
Al mismo tiempo, miles de simpatizantes del gobierno venezolano marcharon por las calles de la capital para conmemorar las violentas protestas callejeras de 1989 conocidas como “El Caracazo”, en que murieron al menos 300 personas.
Desde que asumió, en abril de 2013, Maduro ha acusado a la oposición política de Venezuela de llevar a cabo una “guerra económica”, con apoyo de Estados Unidos, para derrocarlo.
Washington ha negado las acusaciones calificándolas de “ridículas” y los opositores sostienen que son una cortina de humo para distraer a los venezolanos de los problemas que azotan al país como: la elevada inflación, recesión económica, escasez de productos básicos y acuciante delincuencia.
“Hemos capturado a algunos estadounidenses en actividades encubiertas, de espionaje, tratando de captar gente en pueblos de la costa venezolana”, dijo Maduro, sin dar mayores detalles, durante un acto transmitido en cadena de radio y televisión.
El mandatario de 52 años precisó que en el estado occidental de Táchira las fuerzas de seguridad capturaron a un aviador estadounidense de origen latino que “está declarando”. Un portavoz de la embajada de Estados Unidos en Caracas no estuvo inmediatamente disponible para comentar.
Sin embargo, Abdy Pereira, el jefe de una organización evangélica de Venezuela, dijo que cuatro misioneros estadounidenses fueron expulsados a Aruba después de haber sido interrogados durante varios días sobre su presunta participación en actividades de espionaje.
El pastor, vía telefónica, negó las acusaciones y precisó que los religiosos participaban en una campaña de asistencia médica en la ciudad costera de Ocumare de la Costa, en el estado central de Aragua, como lo hicieron en años previos.
A mediados de febrero, Maduro dijo haber descubierto un golpe de Estado en su contra y que militares de la aviación estaban detenidos por ello.
Ayer (sábado, 28 de febrero), en una serie de medidas lanzadas tras la marcha “antiimperialista” Maduro dijo que decidió implantar un sistema de visado obligatorio a todo estadounidense que quiera ingresar a Venezuela. En América Latina, países como Bolivia, Brasil y Paraguay solicitan visa de reciprocidad a los ciudadanos estadounidenses.
El mandatario agregó que emitió una lista de políticos de Estados Unidos que tendrán negado el ingreso a Venezuela, en represalia por un norma del gobierno de Barack Obama para sancionar a funcionarios venezolanos acusados de haber violado los derechos humanos.
“Una lista antiterrorista que va a ser encabezada por George W. Bush”, dijo Maduro ante miles de partidarios.
Desde la asunción del fallecido Hugo Chávez en 1999, las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos se han deteriorado al punto de que, a pesar de ser grandes socios comerciales, no tienen embajadores tras una expulsión mutua en 2008.
Maduro dijo que la decisión para no otorgar visas afecta también al ex vicepresidente Dick Cheney, el ex jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) George Tenet y los legisladores Robert Meléndez, Marco Rubio e Ileana Ros-Lehtinen.
Además, el sucesor de Chávez dijo que ordenó a su canciller reducir el número de funcionarios de Estados Unidos en la embajada de Caracas y que notifiquen “expresamente” de todas sus reuniones en la nación sudamericana. “Se acabaron las reuniones conspirativas en Venezuela”, dijo.
El mandatario detalló que la embajada estadounidense tiene 100 funcionarios en Caracas, mientras que Venezuela tiene 16 en Washington, lo que según el mandatario es una desproporción.