Nicolás Maduro cierra congreso de su partido con promesa de radicalizar la revolución

Nicolás Maduro en el III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el 27 de julio de 2014. Foto: EFE/Presidencia de Venezuela

Nicolás Maduro en el III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el 27 de julio de 2014. Foto: EFE/Presidencia de Venezuela

El jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro, clausuró hoy el III Congreso del gobernante Partido Socialista (PSUV) con la promesa de radicalizar y acelerar la llamada "revolución bolivariana" para no decaer ante las "amenazas" del "imperio estadounidense".

Maduro, quien durante el congreso también fue nombrado presidente del PSUV en sucesión del fallecido gobernante Hugo Chávez (1999-2013), adelantó que convocará a una conferencia especial que inicie un debate y haga definiciones sobre un plan económico de transición hacia el "socialismo productivo".

También declaró "abierto" el debate en Venezuela sobre el nuevo sistema de "precio justo" de los combustibles internos, incluyendo la gasolina, por la que en la actualidad se paga alrededor de medio dólar (a la cotización oficial de 6,30 bolívares por dólar) por llenar un tanque de 50 litros de un vehículo común de pasajeros.

"En este congreso tenemos que ponernos las pilas, tenemos que recargar las pilas porque hay que acelerar la revolución frente a las amenazas imperiales, no podemos aceptar amenazas ni sanciones del imperio estadounidense, vamos a acelerar y a radicalizar la revolución, hay que ponerse las pilas, no estamos jugando", dijo.

El evento se realizó en el Cuartel de la Montaña en el oeste de Caracas, donde reposan los restos de Chávez, y contó con la presencia de cientos de militantes del PSUV, que por unas seis horas esperaron por el inicio del acto de cierre al ritmo de canciones revolucionarias.

En el acto se leyeron las más de 30 propuestas recogidas en la declaración final del congreso, un documento llamado "Compromiso del Cuartel de la Montaña", entre las que se incluyó la hecha por Maduro de declarar que esta es la "primera revolución en espíritu, la revolución del amor".

También se propuso el reconocimiento a Chávez, fundador del PSUV, "como único líder" de revolución bolivariana a quien se le rindió constante homenaje durante todo el evento en el que además se comercializaron camisas, gorras, y llaveros alusivos al gobernante bolivariano, con su firma, su cara, y la más popular, su mirada.

Se "ratificó" la vocación antiimperialista del partido, su "esencia chavista" y anticapitalista y se reiteró su compromiso de continuar impulsando la integración regional, a través de la Alianza Bolivariana (ALBA), Petrocaribe, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Entre las nuevas tareas que le fueron impuestas al PSUV tras el congreso figura la activación de diferentes comisiones que se encargarán de supervisar los "precios justos" de los productos para hacer frente a la especulación, de organizar los movimientos sociales y de coordinar la "propaganda, comunicación y agitación".

Además, el presidente anunció que el partido también tendrá actividades en el ámbito externo junto a organizaciones políticas de izquierda de la región y propuso convocar a un "congreso internacional de fuerzas progresistas antiimperialistas" que, sugirió, pudiera realizarse en diciembre próximo.

Sería un evento "para contrarrestar la campaña contra América Latina y las revoluciones", argumentó Maduro.

El gobernante también reiteró su condena a la acción militar israelí en Gaza e insistió en que en la Franja hay una "guerra de exterminio", al tiempo que anunció que su Gobierno creará una "casa de abrigo" para acoger a niños palestinos heridos y huérfanos.

Maduro incluso planteó la posibilidad de que se les que puedan buscar familias adoptivas en Venezuela a esos niños palestinos afectados por la acción militar de Israel.

"Ya yo he decidido crear una casa de abrigo con el nombre de Hugo Chávez para traer a los niños y niñas heridas en la guerra, y aquellos niños y niñas que han quedado sin sus padres, sin sus madres, que han quedado huérfanos", dijo el jefe de Estado.

Durante los seis días que ha durado el III Congreso del PSUV, el primero que se desarrolla sin la figura de Chávez, las bases del partido entregaron más de 25 000 propuestas para su discusión para decidir la dirección que este debe de seguir en los próximos años.

El evento partidista estuvo antecedido por una sonada controversia en el seno chavista, hecha pública en una carta del exvicepresidente de Planificación Jorge Giordani a la política económica del Gobierno y al mismo Maduro, crítica que recibió el respaldo de otro exministro chavista, Héctor Navarro.

Esta polémica, sin embargo, no salió a la luz pública durante el congreso que concluyó hoy.

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