Redacción Cuenca
La confirmación de que la causa de muerte de la cuencana, de 28 años, fue por el virus AH1N1 genera nerviosismo entre los habitantes de la parroquia Tarqui.
Ella fue tratada en una clínica privada y no tuvo nexos con casos confirmados ni con alguien llegado del exterior.
La mujer fue internada con un cuadro de neumonía el pasado 29 de junio, seis días después de empezar el tratamiento ambulatorio por rinofaringitis. El 3 de julio, las autoridades de la clínica notifican del particular al Área de Salud tres, cuando la situación era crítica, según el director de Salud de Azuay, Julio Molina.
Los médicos del Ministerio tomaron las muestras de la paciente y de su esposo y remitieron al Instituto Izquieta Pérez de Guayaquil. A la par se inició el tratamiento con Tamiflu y se ordenó el aislamiento de la paciente. También se decidió que la clínica tome las medidas de bioseguridad.
Cuatro días después, horas antes de ser trasladada a Cuidados Intensivos del Hospital Vicente Corral Moscoso, porque necesitaba de un respirador artificial, la mujer falleció. En el informe del médico tratante de la clínica se señaló que el deceso fue por la neumonía y un paro cardiorrespiratorio, agregó Molina.
Por ese informe y la investigación epidemiológica realizada a la paciente, Molina, dijo que la mujer haya sido portadora del virus. Pero los resultados de la prueba del Izquieta Pérez revelaron lo contrario.
Según Molina, el médico tratante no ordenó la realización del examen de la influenza y la notificación a la Dirección fue tardía. Los resultados de las muestras tomadas al esposo de la fallecida y a sus dos hijas dieron negativo a la influenza.
También se practicó el examen a otros familiares y vecinos que tuvieron contacto con la fallecida. Y se estableció el cerco epidemiológico en esta comunidad de gente organizada, donde residía y no hay personas son sintomatología, señaló Molina.
Según Molina, la mujer pudo contagiarse de una persona que tenía el virus, pero que era asintomática. Esa reflexión se dio porque no hay otra persona con el virus ni la mujer salió de la comunidad. El esposo trabajaba fuera de la comunidad, en Cuenca.
La única referencia que tenían los epidemiólogos es que una semana antes de presentar los síntomas, la mujer asistió a una fiesta familiar, pero todos los asistentes también fueron examinados y no hay infectados. Además hace un mes llegaron a la comunidad dos personas de España, pero tampoco presentaron síntomas de gripe.