Con Venezuela aún falta negociar

El acuerdo firmado el lunes pasado en Caracas entre Ecuador y Venezuela dejó abiertos al menos cinco aspectos esenciales en la relación comercial de ambos países que aún están en negociación.

El documento de seis páginas consta de 18 artículos donde se trazan líneas generales en ocho temas: complementación económica; tratamiento arancelario preferencial; promoción comercial; normas técnicas y sanitarias; normas de origen; protección de la producción nacional; y sistemas de pagos.

Sin embargo, el convenio no especifica temas claves como el listado de productos que mantendrán un tratamiento arancelario preferencial que tenían bajo el régimen de la Comunidad Andina de Naciones(CAN).

Según el artículo VIII del texto, este listado se definirá en el Anexo I, que será negociado en grupos de trabajo sin un plazo establecido. Lo mismo ocurre en cuanto a normas técnicas y fitosanitarias que regirán para el intercambio comercial (Anexos II A y II B); los parámetros para la protección a la producción nacional (Anexo V) y las normas de origen (Anexo IV).

Estas últimas son normas que rigen para definir si un producto tiene derecho a un trato preferencial debido a que sus insumos y fabricación son propios del país signatario del acuerdo.

Bajo el sistema de la CAN, los productos con aranceles preferenciales eran los fabricados en los países miembros que podían tener hasta un máximo del 60% de insumos importados.

En cuanto a normas de origen, no obstante, el acuerdo sí establece un plazo para su definición: el 22 de abril, un día después de que Venezuela deje de pertenecer a la CAN. Si ello no se cumple, podrá prorrogarse la negociación 90 días más.

Ante estos hechos, el Régimen planea emitir un decreto ejecutivo para extender las preferencias arancelarias a Venezuela por algunos meses, confirmó ayer el canciller Ricardo Patiño.

El decreto también servirá para que la Asamblea tenga tiempo para aprobar el acuerdo firmado con Venezuela.

El ex viceministro de Comercio, Alexis Valencia, indicó que las normativas pendientes de negociar con Venezuela ya estaban definidas en la CAN, por lo que hubiese sido mejor una simple extensión de ese acuerdo.

Argumentó que el convenio dista mucho de un verdadero tratado comercial porque se enmarca en una lógica de restricción en lugar de la apertura que propone Venezuela.

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