El precio de la urea subsidiada a la que acceden los pequeños y medianos agricultores subirá de USD 10 a 15 el saco.
Así lo informó ayer el ministro de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), Ramón Espinel, quien explicó que el aumento se debe al continuo incremento de los precios del petróleo, porque de ahí se obtiene el fertilizante.
“No podemos sostener un subsidio tan alto porque eso significa una fuerte presión al presupuesto del Estado. Esos USD 15 son muy bajos comparándolos con el que se vende en Colombia, donde llega a USD 40”.
Además, el Gobierno dispuso que se liberalicen los precios en el sector privado. Según el Decreto Ejecutivo nro. 663, firmado el lunes pasado, existirá un régimen de libertad vigilada de precios a los fertilizantes, agroquímicos, balanceados, semillas y otros insumos agropecuarios.
Para controlar esta disposición se creó la Unidad de Regularización de Precios y Comercialización del Magap.
Esta Unidad se encargará de monitorear los precios de los insumos en el mercado. En caso de que se detecte anomalías en la comercialización, el Gobierno podrá aplicar el Régimen de Control Directo de Precios.
La medida es apoyada por la Asociación de la Industria de Protección de Cultivos y Salud Animal (Apcsa), que la propuso hace dos semanas.
Víctor Hugo Quimí, presidente del gremio, contó que ya no se podía importar más urea porque los precios internacionales están altos, mientras que en el mercado local había que venderla a un precio oficial de USD 23. “No se puede comprar un saco de urea en USD 28 y 30 para venderlo en 23. Ahora con la liberación de precios se podrá aumentar la oferta”, dijo.
Según las estadísticas del Banco Central del Ecuador, en los últimos dos años se redujeron las importaciones de USD 165 millones a USD 91 millones.
Por eso los campesinos se quejan de la escasez del producto en el mercado. César Herrera, director de Fenamaíz, dijo que la falta de urea mantiene en peligro los cultivos. “Apoyamos el nuevo precio porque es casi la mitad de lo que cuesta en el mercado, que a veces supera los USD 30. Ahora hay que controlar a quien se entrega para evitar abusos y negociados”.
La demanda anual de urea supera las 300 000 toneladas. Y la temporada alta es en las siembras de invierno de la Costa. El cultivo requiere de nutrientes 35 días antes para desarrollarse.
Herrera dijo que con los nuevos precios la oferta de urea aumentará. Hasta el momento existen en el mercado cerca de 30 000 toneladas. La mitad está en las bodegas de las empresas privadas y el resto en las almaceneras del Magap. Con esa oferta se podrá atender los requerimientos de los arroceros, maiceros, soyeros y cultivos de ciclo que empiezan sus siembras.
Según Espinel, el próximo cargamento de 60 000 toneladas llegará a mediados de febrero próximo y se comercializará con los nuevos precios. “Ya no lo podemos entregar a USD 10 como se lo había mantenido durante los últimos tres años”. Para abril de este año se espera la llegada de otras 200 000 toneladas.
En cambio, las casas comerciales que también ofrecen urea podrán fijar su propio valor que le permita llegar al campo. Según Quimí, los valores servirán para cubrir los costos de importación y un margen de utilidad.
Los agricultores ahora buscan como financiar el alza del urea ya que deben comprarla ahora y no esperar la cosecha.
36 haciendas, a 180 familias
La entrega de tierras y haciendas a campesinos y agricultores aumenta en el Gobierno.
Ayer, en Guayaquil, el Banco Central del Ecuador (BCE) entregó al Ministerio de Agricultura y Ganadería (Magap) la Hacienda Las Marías, de 68,6 hectáreas para varias familias de Esmeraldas. Diego Borja, presidente del Directorio del BCE, dijo que se trata de haciendas entregadas en dación de pago y que forman parte del patrimonio del banco. “Es una decisión política que estos predios vayan a los campesinos”.
Esta es una de las 36 haciendas que van a beneficiar a 180 familias en todo el país. Espinel sostuvo que hay más de 97 000 hectáreas de predios que corresponden a la banca cerrada y que por problemas legales no se han podido entregar a los pequeños y medianos agricultores. “Las tierras fueron entregadas en forma gratuita al Ministerio, pero los campesinos tendrán que pagar un precio para que sean suyas”.
El precio de la tierra será analizado por el Magap. Según Espinel, la tierra no es una mercancía sino un medio de producción y al mismo tiempo es el pilar de la familia. “El precio que reconocerá el agricultor será un valor social”, dijo el funcionario. Mientras tanto, el Ministerio espera que se apruebe rápidamente la Ley de Tierras.